La segunda ronda negociadora para lograr un acuerdo político en España tras la frustrada investidura tiene a Mónica Oltra como pieza deseada por los principales actores. El líder de los socialistas, Pedro Sánchez, ensalzó ayer a la vicepresidenta por su «altura de miras y disposición a hablar con todos», justo lo que echó en falta en el líder de Podemos, Pablo Iglesias. El parabién a la lideresa de Compromís no es casual y forma parte de una estrategia.

Oltra es fundamental para la táctica socialista en los dos meses previos a la posible repetición electoral. Sánchez la busca como aliada para atraer a Podemos al pacto en condiciones aceptables para el PSOE y en un momento en que el socialista e Iglesias pugnan por la iniciativa negociadora y marcar la agenda.

«Ya me gustaría a mí que Iglesias fuera Mónica Oltra en actitud, en apertura de miras. He hablado mucho con Mónica y me parece una mujer que antepone los intereses de los valencianos, que negocia sin sectarismos», lanzó ayer Pedro Sánchez, en el primer día hábil tras la investidura imposible.

Numéricamente, Compromís resulta esencial para un pacto de izquierdas, pero Sánchez aprecia incluso más el valor estratégico que supondría la bendición de Oltra a su pacto con Ciudadanos. La vicepresidenta representa al ala no nacionalista de Compromís y el referéndum en Cataluña no supone para ella una línea roja, al contrario que para Podemos y su confluencia catalana, en Comú Podem, o la gallega En Marea. Incluso IU, el otro integrante de la mesa a cuatro, recoge en su programa el derecho a decidir de los pueblos de España. Con el Compromís de Oltra en la mesa, Sánchez tendría un aliado para que el referéndum catalán no fuera un problema, además de un socio para rebajar tensiones con Iglesias. «Ganarse a Oltra sería un paso fundamental para Sánchez», apuntan conocedores de las negociaciones en el PSOE.

Además, si Sánchez lograra el apoyo de Compromís daría el barniz izquierdista que su alianza con Ciudadanos necesita y dejaría en evidencia a Podemos.

El halago de Sánchez llega dos días después de que Oltra se declarara «harta» de que Sánchez e Iglesias sean incapaces de negociar, tras asegurar que les sobra testosterona y reclamar al propio Iglesias que rebaje el tono hacia el PSOE tras la ruptura por la dureza del debate y la mención a la cal viva. Oltra llegó ayer más lejos que Iglesias cuando se mostró partidaria de invitar al pacto de izquierdas a Ciudadanos, lo que el líder de Podemos rechaza abiertamente.

Inversiones y financiación

El líder socialista ya intentó atraerse a Compromís la semana pasada con un documento que buscaba satisfacer las pretensiones de la coalición valencianista con el reconocimiento de la infrafinanciación o infraestructuras como el corredor Mediterráneo o el túnel pasante y que la ejecutiva de la formación de Oltra rechazó, pero porque ese pacto lo avalaba Ciudadanos y las políticas resultan incompatibles, lo que no hubiera hecho con la rúbrica de Podemos.

Igual de crucial que Oltra resulta para el PSOE lo es para Iglesias, que, tras el desencuentro que supuso la ruptura de la coalición electoral, no puede permitirse perder a una de sus confluencias. Pero tampoco Oltra puede permitirse romper con Podemos, al que necesita en su estrategia para alcanzar la presidencia del Consell en 2019. Por el momento, el pacto del Botànic parece blindado y tanto Antonio Montiel como la líder de Compromís garantizan la paz institucional a Puig por lo que queda de legislatura y al margen de lo que pueda suceder en Madrid.

Paralelamente, Oltra no deja de reforzar su presencia en medios de comunicación estatales, donde no ha dejado de aparecer en el fin de semana previo al inicio de la segunda fase de las negociaciones. Incluso busca los debates de mayor calado, como el de los refugiados y la falta respuesta del gobierno español, con su reciente viaje a Grecia para cultivar su parcela más social, su competencia en el Consell.