Valencia está llamada a convertirse en la avanzadilla de la investigación en biología integrativa en España de la mano del nuevo centro que se instalará en el parque científico de Burjassot-Paterna y cuyo primer paso se dio ayer. Se trata del Instituto de Biología Integrativa y de Sistemas (I2SysBio) que parte ya de un origen novedoso: la integración de investigadores públicos y privados procedentes del Consejo Superior de Investigaciones Cientíticas (CSIC), la Universitat de València y la empresa privada de biotecnología Biópolis.

Así, según se anunció ayer en la firma del convenio para la creación de este instituto, el centro arrancará con una plantilla de unos 40 científicos (aunque habrá cerca de 200 personas trabajando), de los que una docena serán del consejo superior.

El rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, y el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo, fueron los encargados ayer de firmar este convenio de creación del I2SysBio en un acto en el que también participaron la secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig. La Biología Integrativa de Sistemas es una disciplina que se encarga del estudio de los procesos biológicos de los organismos como procesos sistémicos, no individuales, y que requiere del trabajo de bioquímicos, microbiólogos, físicos, ingenieros expertos en modelización y muchos otros especialistas para poder desarrollar su investigación. De hecho, y según se puso ayer de manifiesto, el equipo de investigadores será multidisciplinar, según apuntó el coordinador del CSIC en la Comunitat, José Pío Beltrán, con profesionales como «ingenieros, informáticos, químicos o físicos».

Sobre las aplicaciones de las investigaciones desarrolladas en el centro, los expertos explicaron que estarán «íntimamente conectada con los sectores productivos de la industria alimentaria y del campo biosanitario», entre otros y se trabajará fundamentalmente con microorganismos.

De hecho, según Pío Beltrán, el centro sigue el modelo aplicado en otros países europeos. Precisamente, en una empresa inglesa se ha conseguido gracias a esta forma de abordar la biología «hacer en plantas anticuerpos para detectar el ébola».

«La biología de sistemas, aunque tiene precedentes en el último tercio del siglo pasado, es una disciplina bastante reciente que cuenta, además, con planteamientos muy aplicables en áreas como la biotecnología y la farmacología, entre otras materias. La creación de un instituto de investigación dedicado a ella es, por tanto, un logro destacable por parte de la ciencia española», comentó Lora-Tamayo. Por su parte, Morcillo destacó del proyecto la «excelencia científica de sus investigadores y la innovación en el modelo de colaboración público-privada».