Monasterio de San Miguel de los Reyes. La celda de arca era el lugar donde los monjes guardaban el dinero y sus objetos más valiosos, además de los privilegios y escrituras de propiedad del monasterio. A ella solo se accedía por una escalera de caracol. Seis «expertos en valenciano con una acreditada competencia científica y académica o destacadas personalidades de las letras» deberán habituarse a partir del 15 de junio a este espacio, hoy desprovisto de joyas y bienes de valor, pero donde la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) adopta sus decisiones importantes como la de ayer.

La institución votaba por primera vez, quince años después de su constitución, para decidir quiénes serán nuevos académicos.

Tocaba renovar a un tercio (siete) de los 21 componentes, si bien solo son dos (Rafael Alemany y Manuel Pérez Saldanya) los que tendrán que recoger los bártulos en junio: el resto son vacantes por dimisión o muerte.

Y, de manera bastante inesperada „cada aspirante había de conseguir un mínimo de once apoyos de entre los 16 académicos actuales„, la entidad lingüística cubrió seis de las siete plazas disponibles después de tres votaciones.

En la Acadèmia siempre preocupa evitar una imagen de división o de bloques „a los que sí respondía cuando se creó„ y ayer lo consiguió. El presidente no ocultaba su satisfacción al final. «Un gran éxito», resumió Ramon Ferrer, más bromista y menos circunspecto que a la salida de otros plenos.

Los académicos tenían encima de la mesa la papeleta con los nombres de los diez candidatos proclamados hace una semana tras lograr los avales necesarios. En riguroso orden alfabético. En la primera votación obtuvieron el billete de entrada en la AVL la escritora y colaboradora de Levante-EMV Carme Miquel; el catedrático, antropólogo, presidente de Acció Cultural del País Valencià y miembro del Institut d'Estudis Catalans, Joan Francesc Mira „el PP tumbó en 2011 su entrada en el Consell de Cultura (CVC) tras una refriega parlamentaria con Compromís„ y el actual director del Institut Interuniversitari de Filologia Valencia, Joan Rafael Ramos.

Como estaba previsto, se celebró justo después una segunda consulta. Josep Martines, profesor de la Universidad de Alicante, logró en ella superar el corte.

Los académicos decicieron entonces realizar una tercera votación con el fin de completar la renovación. No fue posible, pero se quedaron a un paso. La técnica lingüística de la Diputación de Valencia Immaculada Cerdà y el catedrático de la Universidad de Alicante Brauli Montoya consiguieron los once votos.

Sucede que los seis nuevos académicos estaban en la primera lista de siete candidatos elaborada entre los académicos (luego se unieron tres más). La séptima, aunque con menos apoyos, era la periodista (ex de Ràdio 9) Amàlia Garrigós. Ferrer apuntaba ayer precisamente a la ausencia de ese perfil en la AVL. Habrá que ver si el miércoles de Semana Santa la bendicen.