La exconcejala del Ayuntamiento de Valencia y expresidenta del Palau de la Música, Mayrén Beneyto, presentó ayer su baja voluntaria en el PP para dar, dice, paso a otras personas más jóvenes. Antes de que la expulsen de la organización por estar imputada en la pieza separada de la operación Taula y para quitarle problemas al partido, ha decidido poner fin a su vida política. Y lo hace «con tristeza», porque ella «nunca imaginaba un final así». Esto es como una película de terror», afirma.

Beneyto, una de las concejalas con más presencia social y cultural del Ayuntamiento de Valencia en las últimas décadas, ya decidió dejar la política activa la pasada legislatura. Para no crear un problema a Rita Barberá a la hora de renovar la lista electoral, ella renunció voluntariamente a esa posibilidad, aunque la exalcaldesa la puso en el puesto 33, el último de la candidatura, para rendirle cierto homenaje.

Lo que no esperaba, dice, es que una donación de mil euros al partido, extremo que ella admite negando, eso sí, que luego se lo devolvieran en negro, enturbiara ese final, porque, según dice, «me he dedicado a trabajar toda mi vida por Valencia y por los valencianos y nunca he sido de la maquinaria del partido». «A mi me pareció una cosa normal y los di», relata la exconcejala, que lo único que recuperó de aquello fue «el resguardo».

Para ella, por tanto, «todo esto es como una película de terror». Y si no se ha ido antes del partido ha sido «por educación y por si podía ayudar a mis compañeros». Pero «al ver que se levantada el secreto del sumario y ver que no hay nada, he creído conveniente irme y quitarle un problema al partido». «Que entre gente joven, porque ahora yo con quien tengo que cumplir en con mi familia y, como siempre, con Valencia».

En silencio

La renuncia a su militancia se produjo ayer por la mañana, a eso de las nueve y media, y lo hizo en silencio, sin avisar a ninguno de sus dirigentes. Tampoco a la presidenta del PP regional, Isabel Bonig. Fue, además, personalmente para «dar las gracias a las personas que están allí, por el trabajo que han realizado». «Antes de que tome una decisión el partido, lo hago yo», insistió Beneyto, que siempre pensó que saldría «por la puerta grande o al menos con el reconocimiento del trabajo bien hecho» y «ahora todo se ha complicado».

También envió una carta de despedida a su agrupación de Russafa sin dar demasiadas explicaciones porque en realidad «no sé lo que ha ocurrido». «No me voy como me hubiera gustado „explica„ porque no sólo he dejado la política sino que he tenido que dejar el partido».

Respecto a la posición de sus excompañeros, los concejales del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Valencia, Mayrén Beneyto lamenta su situación, sobre todo porque sabe que los últimos años han sido muy duros para todos. «No sé si esto es justo o injusto, porque yo no soy fiscal ni juez», dice, pero «si sé que esto es como una película de terror que no me podía imaginar».

A su juicio, el problema mayor no está en el PP de Valencia o en sus dirigentes, el problema está en Madrid, donde las formas y las sensaciones son «distintas». «Allí nos miran como si fuéramos la oveja negra», cuando «ni antes eramos tan buenos ni ahora tan malos».

Beneyto echa en falta más diálogo, más hablar de las cosas y menos presión, porque lo de ahora «no lo entiende nadie». Seguramente será otra forma de hacer política, otros tiempos, nuevas personas, pero todo ha conducido a lo mismo.