Cargos del PP han hecho llegar a miembros de la cúpula del partido la conveniencia de que la exalcaldesa de Valencia y senadora Rita Barberá Rita Barberáse aparte cuanto antes porque está perjudicando a la organización. De hecho, consideran que ese daño puede ir en aumento ante el largo proceso judicial que aguarda a su antiguo equipo en el Ayuntamiento de Valencia en el marco de la llamada Operación Taula.

Las «bochornosas» grabaciones „según algunos cargos populares consultados„ del caso Taula que se han publicado una vez levantado el secreto de sumario provocaron que dirigentes del PP de distintos territorios trasladarán a miembros de la dirección nacional del partido la necesidad de ser contundentes para recobrar la confianza de la gente y eliminar la sombra de sospecha que se cierne sobre todo el PP por la corrupción.

De hecho, algunas fuentes creen que esa presión interna obligó a Génova a reaccionar y anunciar el martes por la tarde la apertura de un expediente informativo a Barberá y a su equipo. Se trata, según estas mismas fuentes, de una medida «insuficiente» que se tomó ante el crecimiento del malestar dentro del partido por la actitud de Barberá.

En las filas populares no ocultan su preocupación ante el hecho de que el periplo judicial de este caso de presunto blanqueo de capitales en el Ayuntamiento de Valencia vaya a coincidir en el tiempo con las negociaciones para intentar formar gobierno tras las vacaciones de Semana Santa o, en su caso, con una nueva campaña electoral.

«Nos penaliza mucho la corrupción, nos ha destrozado y si mantenemos la ambigüedad van a pegarnos un nuevo porrazo», ha avisado un veterano dirigente del PP, que cree que es más beneficioso para la propia Barberá que ella misma se «defienda desde fuera» para que no esté sobre ella la «presión mediática».

En este sentido, son cada vez más las voces que critican que la exalcaldesa de Valencia siga aferrándose a su escaño en el Senado. «Se debería haber ido ya. Al estar aguantando se va a ir peor del PP», asegura una diputada popular, que cree que Barberá no se ha «llevado un euro a su casa» pero no descarta su responsabilidad en la falta de vigilancia de su equipo.

«Esta mujer ya está muerta pero no sabemos cuándo será el entierro», asegura un veterano parlamentario del Grupo Popular, que cree que ella misma debería tener el arrojo de dar el paso de marcharse y «no perjudicar más» al partido.

La mayoría de las fuentes consultadas temen que su declaración voluntaria no convenza al juez y éste la acabe imputando, por lo que creen que Génova debería actuar con celeridad para suspenderla de militancia.