Eusebio Monzó, el único de los concejales del Grupo Municipal Popular de Valencia no investigado por la justicia en el marco de la Operación Taula, tomaba aire antes de enfrentarse a decenas de cámaras y periodistas. La de ayer era su primera comparecencia como futuro portavoz, tras la renuncia de Alfonso Novo. Asume hoy su nuevo cargo y «Dios dirá» hasta cuando se prolonga su portavocía, dijo a los medios.

Lo cierto es que Monzó no parecía especialmente motivado ante la tesitura de representar a un grupo político compuesto en su totalidad por independientes. Pero mientras Monzó lo es porque simplemente no milita en el Partido Popular, el resto „nueve ediles„ ha adquirido esta nueva condición tras la suspensión cautelar impuesta desde la calle Génova, en Madrid. En Valencia directamente los quieren echar, pero el grupo de rebeldes se aferra al acta. El alcalde de Valencia se refirió a la situación vivida ayer como «surrealista» y lamentó que el PP «ha cambiado algún detallito para que todo continúe igual».

Monzó reconoció que nunca se hubiera imaginado «ni cuando se me propuso formar parte del PP ni hasta hace unos días que asumiría la portavocía». «No tengo ningún afán de protagonismo», aseguró el nuevo portavoz del grupo municipal, que recordó que su cargo «es temporal», al tiempo que admitió que lo asumía «en un momento especialmente difícil».

En esta nueva etapa «surrealista», Monzó avanzó que el objetivo del PP era «seguir desarrollando la labor de oposición de los últimos meses, de manera crítica y responsable». Pero nada más lejos de sus intenciones. No hay ni rastro de la contundencia y el músculo que exhibía Grupo Municipal Popular en su labor de oposición en el Ayuntamiento de Valencia. Su acción política se ha reducido en los últimos Plenos a la mínima expresión „ayer presentaron solo una moción„ y ha perdido incluso la iniciativa en los debates, superados por Ciudadanos, que está aprovechando el momento para «inundar» las sesiones plenarias con sus propuestas.

Que el PP no entrara al trapo en cuestiones como el cambio del nombre de la ciudad o que defendiera con poco ímpetu su gestión económica frente al «milagro» de los últimos nueve meses del tripartito, denotan que en las filas populares necesitan que corra el aire y evitar la confrontación. Porque a la mínima salen escaldados, como sucedió ayer en la última moción del día.

«Del PP a mucha honra»

Se debatía sobre la idoneidad de crear una comisión sobre las Fallas Unesco cuando el portavoz de Compromís, Pere Fuset, le preguntó al edil investigado Félix Crespo a qué partido pertenecía, «aunque creo que sigue siendo del PP», le dijo. El edil popular, muy enojado, no evitó la cuestión y apeló al orgullo: «Del PP y a mucha honra, que le quede claro». Y Fuset no desaprovechó la ocasión para rematar a su presa: «No parece que el PP esté tan orgulloso de usted, que por eso les ha pedido el acta».