El rechazo del equipo de Gobierno municipal de Valencia al hotel-casino que se quería instalar en la Marina Real Juan Carlos I ha provocado el rechazo de la oposición y ha creado algo más que un profundo malestar en uno de los socios del propio equipo de Gobierno, el Partido Socialista, que se ha declarado partidario de este tipo de inversiones y ha lamentado que no se haya actuado, al menos, con «prudencia» antes de tomar una decisión «unilateral».

Para el Partido Socialista, cuyos concejales Joan Calabuig, Vicent Sarrià y Ramón Vilar están al frente de las áreas de Economía, Urbanismo, Empleo, Turismo y Hacienda, esta decisión «personal» del alcalde Joan Ribó (Compromís) «se ha tomado demasiado a la ligera» y a pesar de sus invitaciones a la reflexión.

«En Valencia hay mucho paro y si se pueden crear 1.000 empleos debemos ser responsables más allá de que sea un casino o venga de Singapur», dijeron las fuentes, que recordaron que el Partido Socialista siempre ha apoyado estas inversiones. «Si tuviéramos pleno empleo podríamos decir que ?no? a un casino, pero así no», añadieron.

No están de acuerdo tampoco con la supuesta insolvencia del grupo ARC, uno de los elementos que ahora esgrime el equipo de Gobierno para reforzar su argumento inicial de que el proyecto se había truncado porque no cuadraba con su filosofía de hacer una marina más ciudadana.

Según las fuentes, «no hay razones concretas para no fiarse» de los inversores de Singapur. «Han presentado decenas de páginas con su proyecto, explicaron quién iba a financiar el proyecto y ya están gastando dinero en Valencia, porque tenían un acuerdo con la concesionaria de los docks para rescatar la concesión», explican.

Y en cualquier caso, los socialistas creen que en una ciudad debe haber espacio para todo tipo de turismo, incluido el de lujo, sobre todo si aporta una fuerte inversión y crea empleo. A su juicio, «los huertos urbanos y las bicis están muy bien, pero hay que atraer inversiones para seguir creciendo», entre otras cosas porque «si no es así, se irán a otros sitios». «En Venecia se ha creado una comisión específica para atender a estos inversores», precisaron las fuentes. «Ha sido una decisión frívola e incomprensible», sentenciaron.

Grupo «insolvente»

Desde el equipo de Gobierno, sin embargo, se abundó ayer en la idea de la insolvencia del grupo ARC, al que, según los socialistas, «además de decirles que ?no? les están tratando de desprestigiar con sus acusaciones».

Fuentes oficiales aseguraron que el proyecto de los inversores singapurenses era muy deficitario, porque no tenía un respaldo económico acreditado, el proyecto era de media docena de hojas y además «querían quedarse con toda la marina». «Querían incluso los PAIs del Grao y de Eugenia Viñes», que están justo en los límites de la codiciada Marina Real Juan Carlos I.

En la práctica, sería, dicen, entregarles todo este espacio público e incluso los alrededores, un 10% de la ciudad, algo completamente inasumible para el nuevo equipo de gobierno, que sigue apostando por ahondar en la vertiente social y ciudadana de la marina para convertirla en la fachada marítima del Cabanyal, El Grao y Nazaret.