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El Consell sólo financia tratamientos para casos de Asperger hasta los 6 años

La Conselleria de Educación se encarga de la atención al trastorno al comenzar la etapa escolar

Los niños diagnosticados de Asperger no dejan de aumentar. Sin embargo, los recursos públicos para atender a las familias brillan por su ausencia en la Comunitat Valenciana, como denuncian asociaciones de padres y profesionales que tratan a los menores con Asperger.

Así, cuando el diagnóstico llega a una edad temprana, el niño es derivado por el médico a uno de los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT) que hay repartidos por todo el territorio y que dependen de la Conselleria de Igualdad. Allí permanece recibiendo estimulación temprana hasta que cumple los 6 años y se integra en el sistema escolar. «Entonces toda la atención que reciben depende de los colegios, que en ningún caso cuentan con los recursos específicos que necesita un chico con Asperger», según denuncia Ezkarne Carazo, presidenta de la Asociación Asperger Alicante (Aspali).

Carazo pone como ejemplo el tema de la logopedia. «Los logopedas de los colegios normalmente están centrados en casos de niños con retrasos en el habla o en menores extranjeros. Rara vez un niño con Asperger entra en estas terapias, porque precisamente estos menores se caracterizan por hablar muy bien y la terapia, que es muy necesaria, debe enfocarse en otra dirección, a nivel pragmático». Además, estos profesionales «van desbordados y al final nos acaban remitiendo los casos a las asociaciones».

En este sentido, todo el peso del tratamiento de estos niños recae en las asociaciones o en gabinetes privados. «Además de logopedia estos niños necesitan fisioterapia, porque tienen dificultades de psicomotricidad, psicólogos y terapeutas ocupacionales cuando son más mayores», explica la presidenta de Aspali.

Para Ezkarne Carazo el recurso de la estimulación temprana tampoco es específico para niños con Asperger y «sólo beneficia a los casos en los que el diagnóstico llega de forma temprana».

La falta de recursos públicos es una inquietud que también comparten profesionales que a diario tratan con estos chicos, como José Joaquín Nogueroles, psicólogo clínico en la Unidad de Salud Mental del Cabo de la Huerta. «Hay una falta total de medios entre educación y sanidad para atenderlos, ni un protocolo fijo».

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