Una cosa es que el juzgado autorice a un transexual el cambio de nombre, y otra muy diferente, que haga lo mismo en cuanto al género. Que, además, esto lo consiga un menor de edad supone toda una proeza, un antes y un después en la jurisprudencia y un hecho que al protagonista de esta historia le ha cambiado la vida.
Se llama Dylan, tiene 12 años y es el primer menor de España que consigue que un juez le autorice a cambiar su nombre y su sexo en el registro civil, lo que supone que nombre y sexo sean acorde en el DNI o en la tarjeta SIP del servicio sanitario.
Ahora, si quiere, dará explicaciones a quien considere. Si prefiere guardar silencio estará en su pleno derecho. Se acabaron las miradas extrañas al mostrar su identificación. O cuando el pediatra lo llama y en la sala de espera se levanta un niño, y no una niña. Se acabó una batalla judicial que Dylan tenía pocas perspectivas de ganar. La nueva vida de Dylan comienza ahora y el joven está más que feliz.
A todo este proceso Dylan lo llama «liberación». Y eso es lo que le ha pasado. Se ha liberado. Primero al entender qué le pasaba. Tuvo diagnósticos de todo tipo, tal como publicó Levante-EMV (déficit de atención e hiperactividad, bipolar, depresión...), hasta que una psicóloga dio con la clave de lo que le pasaba al menor: Dylan tenía un problema de identidad sexual. Y solo eso. Biológicamente había nacido niña, pero se sentía niño. Atrapado en un cuerpo que no le correspondía, muchos especialistas no supieron ver que Dylan no tenía enfermedad alguna. Y cuando uno ya sabe lo que le pasa, todo cambia. Primero llega la aceptación de uno mismo. Y, luego, la del resto.
Dylan es uno de los 32 menores que en estos momentos está con tratamiento hormonal del bloqueo puberal en la Unidad de Identidad de Género del hospital Doctor Peset de Valencia, el centro de referencia en la Comunitat Valenciana.
Ahora es el primer menor de edad al que una jueza ha autorizado «una rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas». Todo un logro para Dylan. Un antes y un después en su vida.
El expediente de Rectificación Registral de sexo y cambio de nombre del registro civil de Mislata no deja lugar a dudas. En la sentencia, la jueza asegura que el solicitante «ha sido diagnosticado de disforia de género», que carece de «trastornos de personalidad que pudieran influir en la existencia de la sinonancia reseñada» y que ha sido tratado «médicamente durante dos años para acomodar sus características físicas a las correspondientes al sexo reclamado».
Márgenes que no le corresponden
Por todo ello, la jueza «procede a autorizar el cambio de sexo y nombre en la forma solicitada, ya que nadie puede ser obligado a permanecer dentro de márgenes de un sexo que psíquicamente no le corresponde, por lo que debe tener su reflejo en la inscripción de nacimiento de la persona interesada».
Ahora bien, una vez conseguida la sentencia a favor, el siguiente paso depende del Registro Civil. Una vez se realice la «rectificación registral» „que, en teoría, no debe tardar mucho tiempo„ el menor ya podrá solicitar la emisión de un nuevo DNI y de una tarjeta sanitaria donde quede claro, negro sobre blanco, que él es un niño y se llama Dylan. La elección de este nombre no fue casual.
Eligió el nombre de Dylan porque significa «leal» y eso es precisamente lo que quiere ser: leal a sí mismo.
