11.30 de la mañana. Domingo 9 de Abril. Una familia tipo „padre, madre, niño correteando„ sale del Corte Inglés de Pintor Sorolla. Parejas, familias y grupos de amigos caminan por las calles del centro de Valencia. Algunos comercios están abiertos, pero también hay bastante persianas bajadas.

Muchas personas solo pasean, otras llevan varias bolsas en las manos. Los miembros de esta familia forman parte del segundo grupo. Atienden a Levante-EMV y defienden que comprar hoy „ayer para el lector„ es más cómodo que hacerlo en cualquier otro día de la semana: «Vivimos cerca y los dos trabajamos de lunes a sábado. Hemos salido con total tranquilidad y dado un paseo por la zona. Ahora podemos llevarnos a casa algún capricho. Entendemos que algún trabajador se queje, pero para nosotros es una gran idea».

Acto seguido, se despiden de forma cortés: el retoño no quiere pararse durante mucho tiempo parado en un mismo sitio.

Y es que el centro de Valencia „el entorno de Ciutat Vella para ser más exactos„ es una de las dos Zonas de Afluencia Turística (ZAT) donde las grandes superficies y las tiendas pertenecientes a marcas y cadenas puede seguir recibiendo a posibles clientes durante el último día de la semana. Así lo garantiza el pacto alcanzado por el sector y el equipo de gobierno liderado por el alcalde Joan Ribó, que ayer comenzó a aplicarse. Los días de libertad total se han acabado. La otra Zona de Afluencia Turística aprobada es la formada por las inmediaciones de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Es cierto que la mayoría de posibles compradores están a favor de la libertad horaria. Pero, ¿Qué piensan los trabajadores? Muchos parecen estar en contra. «He leído en algún lado que nosotros nos hemos librado de la restricción, pero la verdad es que han sido los compañeros de los centros comerciales que no pueden abrir los que se han librado de trabajar los domingos. Y no le veo mucho sentido, la verdad. Salvo un caso excepcional las cajas suelen ser mucho menores, pero parece ser que a las empresas sí les interesa al no subir los salarios. Yo, por ejemplo no cobro más por estar aquí. Lo tengo en el contrato». El que habla es el dependiente de una tienda de moda ubicada en la céntrica calle Colón. La única condición que pone es que no publiquemos ni su nombre ni el de la marca para la que trabaja.

«Quizás, nos ha beneficiado»

En las calles del centro de la ciudad se veían algunos compradores, pero lo cierto es que la presencia era mayor en los centros comerciales libres de restricciones, como el del Saler. La zona de juegos infantiles estaba casi llena sobre la una del mediodía de ayer. Y la dependiente de una zapatería no dudaba a la hora de elogiar la situación: «La verdad es que puede ser positivo para nosotros. Es el primer domingo en el que podemos estar abiertos sin problemas y en otros centros comerciales se han visto obligados a cerrar. Quizás, nos ha beneficiado la situación, la verdad».

Y los establecimientos de restauración parece que también ganarán clientes. «Nosotros abrimos todos los días del año y creo que lo haríamos aunque no hubieran tiendas, pero creo que hay más gente que otras veces, creo que sí se ha notado bastante el cambio». La que habla es María, trabajadora de una conocida cadena de hamburguesas. Parece resignada.