La secretaria del grupo municipal del PP de Valencia y «alter ego» de la exalcaldesa de Valencia, Mari Carmen García-Fuster González-Alegre aprovechó su declaración ante el juez que investiga la «Operación Taula» para exculpar a Rita Barberá de cualquier relación con las donaciones anónimas que recaudó el partido entre 2006 y 2014 y que ascendieron a 245.450 euros. «En ningún momento ha sido Rita Barberá. Y lo juro solemnemente, porque ha sido la diana en todos los medios y allende los medios», aseveró García-Fuster sin que nadie le hubiera preguntado o sugerido que la actual senadora del PP pudiera ser la recaudadora.

En la grabación de las declaraciones ante el juez de la imputada García-Fuster, incorporadas a la causa y a las que ha tenido acceso Levante-EMV, la considerada como «cajera» del PP explica que las donaciones «eran cantidades que se recolectaban entre colaboradores, militantes afiliados y allegados... Me los entregaba una persona, que en este momento decido preservar su anonimato, pero en todo caso en aquella época no era una persona anónima. Eran cantidades inferiores 100.000 euros y entendíamos que no vulneraba la ley de financiación de partido políticos. Entendíamos que no era delito y bajo ningún aspecto provenían de una operación ilícita. Se había recolectado ese dinero entre distintas personas allegadas al PP, de distinta reconsideración. Recibía el dinero entendiendo que era un donativo», explicó la secretaria del grupo municipal.

A preguntas del magistrado, achacó las siglas «CyA», utilizadas para identificar estas aportaciones anónimas como las siglas de las palabras «cercanos y allegados», al tiempo que admitía que estas aportaciones «siempre eran cercanas a las campañas». A pesar de la insistencia del Fiscal Anticorrupción y del titular del Juzgado de Instrucción número 18, García-Fuster se negó a identificar a la persona que ejercía de recaudora. «Siempre era la misma persona, al menos en los últimos años», se limitó a decir la secretaria del grupo municipal.

Sobre las donaciones de 1.000 euros que, presuntamente se devolvieron en dos billetes de 500 euros a los concejales y asesores que aportaron esta cantidad para la campaña electoral municipal de 2015, la secretaria del grupo municipal negó rotundamente que ella reclamara a alguien el dinero y, ni mucho menos, que los devolviera. «Eso es rotundamente falso. No era obligatorio. Era voluntario, como otras veces ha ocurrido», explicó Mari Carmen García Fuster. Tampoco recordaba quién decidió realizar el donativo, aunque sí explicó que éste se decidió en febrero de 2015, poco tiempo antes de la campaña electoral, «porque no había dinero» por lo que el PP de Valencia tuvo que hacer una campaña más austera «con menos programas y menos inserciones en radio».

A preguntas del Fiscal Anticorrupción, Mari Carmen García-Fuster también admitió que «nunca nadie me pedía cuentas» del control de gastos en la libreta del grupo municipal popular. «Se fiaban de mi y nadie me las ha pedido nunca». La secretaria del grupo municipal también aseguró que no contó «a nadie» del PP las donaciones anónimas que recibía el partido ni tampoco nadie la interrogó al respecto.

Aunque también derivó responsabilidades en sus inmediatos superiores, porque «no tenía poder de decisión dentro del grupo municipal y que siempre ha trabajado bajo las órdenes de todos los portavoces que ha tenido el PP desde el año 1991», el año en que García-Fuster empezó a trabajar para el Ayuntamiento de Valencia. Los portavoces del PP en el Ayuntamiento de Valencia han sido, sucesivamente, José Luis Olivas y Francisco Camps -ambos imputados en causas judiciales-, Alfonso Grau, marido de la imputada Maria José Alcón y también investigado por un presunto delito de cohecho y, por último, Alfonso Novo, imputado en la causa del presunto blanqueo de capitales. «Yo no hacía ninguna factura sin que me lo dijera un concejal o el portavoz», declaró García Fuster ante el juez.

Por último, el abogado de García-Fuster y cuñado de Rita Barberá, José Maria Corbín, lanzó una sorprendente pregunta a su defendida. «Ha visto usted alguna vez fajos de billetes de 500 euros?». Pregunta a la que la secretaria del grupo popular responde sonriéndose. «Que yo conozca, no. En mi casa ya le digo yo que no. En el grupo supongo que no, creo que no y digo no».

Respecto a la declaración del concejal y exportavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Novo, éste admitió al juez que guarda en su casa «un botecito» donde guarda las «monedas de los bolsillos» y que cada «tres o cuatro meses» lleva al banco para justificar un ingreso de 750 euros días después de que hiciera la aportación de 1.000 a la campaña electoral.

«Ese fin de semana lo abrí y aproveché que tenía que hacer el ingreso de los 1.000 euros para hacer el de los 785 euros que era el importe que había en la famosa hucha», explicó Novo al juez. Aunque el magistrado le alerta que con esa cantidad de dinero en monedas «no será un botecito». A lo que Novo resondió: «Bueno, sí es un bote importante. Usé los blister que dan en el banco para las monedas de dos euros».