El director del Instituto de Medicina Legal de Valencia en 2006, Matías Vicente Mendoza, ha revelado en la undécima sesión de la comisión de investigación del accidente del metro que debido al mal estado de algunos cuerpos de las víctimas quedaron «restos anatómicos» de fallecidos que se entregaron cinco meses después del siniestro a las familias o se incineraron de forma conjunta porque «no se podían achacar a ningún cuerpo».

Matías Vicente también ha confirmado que la identificación de las primeras 41 víctimas del accidente del metro correspondió a los agentes de la Policía Científica de Valencia.

Vicente Mendoza acudió con la titular del Juzgado de Instrucción 21 de Valencia, Nieves Molina, en funciones de guardia aquel día, quien tras «bajar al túnel y subir a un vagón y recibir las explicaciones de la policía judicial, se decidió que fueran los agentes de la policía científica quienes se encargaran del levantamiento de los cadáveres».

La Policía Científica tuvo que realizar esta ingente tarea de identificación y levantamiento de los cuerpos, además de recabar los indicios sobre la pruebas del accidente. «Desde 2009 este tipo de comisiones ya son mixtas», ha aclarado el ex director del IML de Valencia.

El forense, que dirigió el operativo para realizar las autopsias a los primeros 41 fallecidos en el túnel de Jesús, ha desvelado que las identificaciones se realizaron por cuatro vías: mediante huellas dactilares por parte de la policía judicial, el reconocimiento directo por parte de familiares, mediante odontogramas y, en un sólo caso, mediante contraste genético.