¿Qué ha sido lo más duro de la espera?

Ha habido muchos momentos muy muy duros, como el intento de secuestro de Carmen por parte de la gestante o la muerte de mi abuela Carmen el verano pasado, a la que estaba muy unido y por quien nuestra hija se llama así. No haber estado en sus últimos días junto a mi familia fue horroroso. Otro de los peores momentos de toda esta experiencia fue por una jugarreta del cónsul español que contaré en un libro. También fue difícil el cierre de mi empresa, por no poder estar allí, y tener que despedir a mis cuatro empleados. Quince meses han dado para muchos momentos de lágrimas y desesperación.

De los 15 meses, ¿cuánto tiempo ha pasado usted en Tailandia?

Todo el tiempo excepto dos semanas que fui a Valencia en agosto del año pasado para el cumpleaños de Álvaro, nuestro otro hijo. Al ser autónomo y tener mi empresa, tenía más libertad que Bud, que trabaja en una empresa.

¿Este caso debería servir de acicate para que se regulara en España la gestación subrogada?

No queremos ser ejemplo de nada, tan sólo visibilizar nuestro modelo de familia y pedir que haya un debate, algo a lo que se niegan justamente los partidos de izquierda. Es una vergüenza que el PSOE no se quiera sentar a debatir este problema. La gestación subrogada bien regulada puede ser una solución para miles de familias que ahora tienen que hipotecarse para cumplir su sueño yéndose al extranjero.

Y no sólo gays?

Exacto. Pese a la creencia generalizada, el porcentaje de parejas heterosexuales es mucho más alto. A muchas mujeres con problemas de fertilidad se les está negando el derecho a ser madres.

¿Hubo algún momento en que pensaron que no podrían quedarse con su hija?

Sobre todo al principio. Imagínate: en Tailandia, sin hablar el idioma local, dos extranjeros gays y una gestante yendo de plató en plató diciendo que éramos traficantes de humanos y que teníamos muchos bebés escondidos. ¡Nos comparaba con un japonés heterosexual que gestó 15 o más hijos y que fue una de los causas por las que Tailandia cerró la gestación para extranjeros!

Pero se han ganado a la opinión pública tailandesa.

Eso ha sido lo más gratificante de toda esta historia: que hemos conseguido que todo un país nos apoye y nos respete. Carmen es superfamosa en Tailandia. Nos paran por la calle para hacerse fotos con nosotros, nos envían regalos y cientos de mensajes cada día.

¿Qué ha sentido al saber que, por fin, su paternidad era completa y libre de ataduras?

Estamos muy felices. Pero, sinceramente, habiendo vivido el transcurso del juicio era lo que esperábamos. Los jueces han valorado sobre todo el bienestar de Carmen, la relación biológica, que ha estado con nosotros desde que nació, que es una niña muy sana y superfeliz, y que estamos totalmente capacitados para criarla y darle una educación. Al fin se nos reconoce que nosotros no hemos hecho nada malo: vinimos a Tailandia cuando la subrogación estaba permitida, ella se prestó voluntariamente y tuvimos la mala suerte de que cambió la ley durante este tiempo y ella cambió de idea tras el parto. Sus derechos han sido respetados, los nuestros también, y ha sido la Corte „tras vistas orales, visitas a casa por oficiales del Gobierno, entrevistas, testigos, etcétera„ la que ha decidido que la custodia sea para nosotros

¿Es justo haber sufrido tanto?

Creemos que no. Esto podría haberse solucionado mucho antes si nuestros países se hubieran implicado un poco, pero no lo han hecho. Hemos luchado solos, apoyados por organizaciones internacionales de derechos humanos, para que nuestro matrimonio fuera reconocido allí. Hemos tenido que pedir dinero a amigos, familia y hacer una página de fundrising [captación de recursos para financiar a entidades no lucrativas] porque los gastos legales han sido astronómicos.

Si no es indiscreción, ¿cuánto dinero han gastado en abogados?

Al principio, muchos abogados tailandeses baratos nos sacaron el dinero. En mayo del año pasado contratamos una firma internacional. Desde entonces han sido 5.000 dólares al mes. Más traductores, legalizaciones, envíos, notarios, etc. ¡Echa cuentas y no te olvides de los gastos de vivir 15 meses en Bangkok!