En España se diagnostican 3.600 nuevos casos de melanoma al año. ¿Cuántos son de la Comunitat Valenciana?
Aplicamos la tasa por cien mil habitantes para hacer una extrapolación por lo cual tendríamos unos 300 casos anuales de los cuales un centenar son avanzados y necesitan tratamiento médico. La estimación es bastante aproximada porque se corresponde con los registros de solicitud de medicamentos. Los nuevos tratamientos tienen un alto impacto económico y se deben solicitar a conselleria, por lo que hay un conocimiento de cuántas solicitudes hay. No es un registro pero el dato es bastante aproximado.
Parece que el melanoma se percibe como un cáncer «menor» pese a que las tasas de mortalidad son muy altas.
Quizá no se le da tanta importancia porque no es de los más frecuentes. Viene a representar un 5 % de los tumores de la piel, pero sí, representa el 80 o 90 % de muertes por cáncer de piel. Es muy agresivo.
Pero solo en grados avanzados.
El melanoma tiene dos fases de crecimiento: primero en superficie, que se conoce como crecimiento radial y, pasado el tiempo, hace un crecimiento en profundidad, en vertical. Cuando empieza a crecer hacia abajo, enseguida llega a la sangre y por ahí se disemina más rápido y llega la metástasis.
¿Qué pronóstico tiene una vez diagnosticado?
El diagnóstico ideal es en el momento del crecimiento radial en la superficie de la piel, cuando todavía está en estadios superficiales ya que la tasa de curación ahí es de un 80 o 90 %. El problema es cuando penetra y afecta a los ganglios linfáticos. Tenemos que agradecer que los dermatólogos hacen muchas campañas y esto sí ha contribuido a que la mayor parte se diagnostiquen en estadios superficiales, cuando aún son curables.
¿Se ha avanzado algo en la concienciación social sobre los riesgos de exponerse al sol?
Tengo la sensación de que tenemos los conocimientos, porque se hacen muchas campañas sobre los peligros de la exposición solar, pero la mayor parte de la población sigue haciendo caso omiso. Los pacientes que han tenido melanoma son un caso aparte, tienen un cuidado exquisito, pero mi sensación es que el resto lo sabe pero se aplica la ley de «esto no me va a pasar a mí». Además hay otro factor. El melanoma se ha asociado con la exposición solar relativa a actividades como ir a la playa pero no con todas en las que hay riesgo.
Como, ¿por ejemplo?
Todos los deportes al aire libre. Es excepcional que quien va a correr o a montar en bici, se ponga fotoprotector y no se están teniendo en cuenta estas exposiciones ambientales.
¿El mensaje sobre las cabinas de rayos UVA ha calado más?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) las declaró como carcinogénicas y esto ha supuesto una reducción de gabinetes de estética y máquinas.
¿Cuándo nos tiene que empezar a preocupar un lunar?
Debemos aplicar la regla ABCD que hace referencia a las siglas de Asimetría: el lunar normalmente es redondito, si cambia de forma. La B de borde: los benignos tienen un borde homogéneo y los malignos más irregulares, aserrados. La C es de color : los benignos son de color homogéneo, marroncito mientras que el melanoma se caracteriza por la heterocromía (muchos colores) y la D es el diámetro. Si crece por encima de 5-6 milímetro. No es necesario que se den las cuatro para estar alerta.
¿Dónde se suelen registrar más?
Las localizaciones más habituales en el varón son en el tronco y en las mujeres en las piernas. Es también un reflejo de cómo se exponen al sol: mucho hombre trabajador sin camiseta y mujeres con las piernas expuestas por las faldas.
¿Se puede desarrollar un melanoma sin estar todo el día al sol?
La exposición que sabemos que es especialmente mala para el melanoma es la que se recibe en la infancia y, sobre todo, haber sufrido quemaduras en esta época por lo que es posible que también se den. Entre los trabajadores al sol es muy elevada la incidencia de otros tumores cutáneos como los carcinomas que son más frecuentes.
