Desde Sant Vicent del Raspeig, pasando por Muro d´Alcoi hasta Riba-roja, Puçol, Picassent y Valencia... De allí provienen las primeras «gotas» en forma de niños, jóvenes y docentes que en la mañana de ayer comenzaron a inundar de ilusión y educación los 8 kilómetros del viejo cauce del Turia que van desde el puente de Campanar hasta el de l´Assut de l´Or. Así arrancan los tres días de la Primavera Educativa, el primer gran evento del Consell del Botànic.

Este gran escaparate pensado para poner en valor la educacion valenciana está compuesto por 1.500 actividades „exposiciones con los trabajos de los alumnos, talleres, música, teatro, danza, congresos y todo tipo de experiencias educativas„ organizadas por más de 500 centros docentes desde de Infantil hasta Bachillerato, FP, Educación Especial, universidades, conservatorios y escuelas de Formación de Personas Adultas.

«Mostrar lo que hacemos»

Entre los más madrugadores estaban los 13o niños del Colegio público de Infantil y Primaria (CEIP) Príncep d´Espanya de Picassent, con su batucada y danzas tradicionales como la de «Els bastonets». «Es una iniciativa muy buena y positiva, el poder juntarnos para demostrar lo que hacemos las escuelas», opina Xaro Ramos, directora de esta colegio de l´Horta Sud.

También sonreían los ojos de los alrededor de 300 niños y niñas de los CEIP El Bracal, de Muro d´Alcoi, y El Mas d´Escoto de Riba-roja. La escuela del Comtat organizaba talleres de «trencadís» y de instrumentos de música a partir de objetos reciclados para los escolares del Camp de Túria, mientras que el centro de esta comarca preparaba talleres de comida saludable para los niños alicantinos.

«Que trabajen juntos los dos colegios es ideal» sostenía Josep Alapont, maestro del Mas d´Escoto. Mientras, Pere Raya, docente de El Bracal, agradecía dicha convivencia: «Compartir experiencias con niños y maestros de otros pueblos está muy bien». «Y no te olvides de escribir que somos un colegio enteramente en aulas prefabricadas y no queremos barracones», sugería al despedirse.

«Les voy a poner un 10 a todos»

Vicente Ribes, profesor de Biología del Instituto público de Educación Secundaria (IES) Puçol, con sus 35 alumnos de primero de Bachillerato de las optativas de Cultura Científica y Anatomía Aplicada, organizó una «gimnkana» para enseñar a estimar los árboles a los niños de Primaria que corrían por el viejo cauce. Entre ellos más de 200 alumnos del vecino CEIP Cervantes de la calle Guillem de Castro, que llegaban a píe con el bocata en la mochila.

«Mis alumnos tienen todos un 10, por su implicación y participación pues los juegos los han preparado ellos», explicaba Ribes. El IES Puçol lleva estos tres días al Túria su proyecto científico en el que ha catalogado los árboles de este municipio de l´Horta Nord y ha promovido su conocimiento entre el alumnado de Primaria. Entre los juegos que más estunsiamaron a los pequeños del CEIP Cervantes estaba el de un «medidor casero de PH» en el que el agua morada, conseguida tras machacar hojas de col lombarda, cambiaba dicho color por el azul al echarle agua con bicarbonato mudaba al rojo si se mezclaba con vinagre.

También les proponían a los niños reconocer los árboles del Túria por el tacto de su corteza o saber como se llaman jugando a pillar. En este último caso «la mare» que tenían que tocar para salvarse iba cambiándose sobre la marcha anunciando cada vez el nombre de un árbol.

Dos horas de autobús

Dos horas de autobús a las espaldas y una sonrisa de oreja a oreja llevaban los 15 alumnos de primero de Bachillerato del IES Haygon de Sant Vicent del Raspeig y sus profesoras, María García y Evelyn Pujalte. «Este encuentro es una buena iniciativa porque nos permite aprender de los demás, por ello tenemos que agradecer que el ayuntamiento nos haya pagado el autobús, pues otros municipios de Alicante no lo han hecho», explica María García.

Con sus estudiantes de Anatomía ataviados con batas blancas organizaron un divertido reconocimiento médico en el que jugaban con los niños a tomar la tensión arterial, medirlos y pesarlos para explicarles lo que es la masa corporal o hablarles del daltonimo mientras comprobaban su agudeza visual. Todo ello sazonado de consejos sobre la salud para, por ejemplo, mejorar su higiene bucal. «Es interesante poner en práctica lo que aprendes», decía Antonio Guilló, uno de los jóvenes del Haygon y, quien sabe, quizás futuro doctor.