«La primera mañana de Álvaro y Carmen en casa. Dieciséis meses esperando ver este momento. Felicidad». A los dos hermanitos en pijama no les cabe más sonrisa, y así le dan los buenos días al mundo a través de las redes sociales. Son las nueve de la mañana del sábado y esta foto y ese mensaje en Facebook son la constatación de que la odisea del valenciano Manuel Santos y su marido para traer a su hija a casa desde Bangkok ha llegado a su fin. Y es un final feliz.

Carmen, Manuel y el norteamericano Bud Lake aterrizaron el viernes en España tras un largo viaje desde Tailandia, el país en el que los tres estaban desde enero de 2015. Les estaba esperando su hermano Alvaro, el niño de tres años que, como Carmen, nació por maternidad subrogada. El reencuentro entre ambos no pudo ser más feliz, tal como se adivina en las fotografías que sus padres han publicado en las dos páginas de Facebook abiertas hace meses para reivindicar la llegada de Carmen a su casa de Valencia.

Y es que, después de estar atrapados en Bangkok desde enero de 2015, hace ahora dos semanas Manuel y Bud ganaron la batalla judicial por la custodia de su hija, nacida por maternidad subrogada (también conocido como «vientre de alquiler») y cuya gestante se negó luego a firmar la adopción. Durante estos 16 meses Carmen han permanecido con sus padres en Tailandia, e incluso ha recibido la visita de su hermano Álvaro, pero no podía salir hasta que un juez resolviera sobre su tutela.

Mentiras y engaños

Carmen fue concebida con el esperma de Bud Lake y el óvulo de una donante anónima. Luego fue gestada por la tailandesa Patdita Kusonsrang, la mujer que después se negó a firmar la adopción de la niña en favor de Manuel y su marido.

En un artículo publicado en las redes sociales antes de salir de Bangkok en avión, la pareja calificaba el proceso como «una gran injusticia para los ojos del mundo. Ha sido un complot para destruir a una familia LGTB con mentiras y engaños», aseguraban, para advertir a continuación que no pararán «hasta que paguen por todo lo que han hecho», en referencia a la gestante y a su abogado. El caso de esta familia ha tenido un amplio eco mediático en Tailandia, donde según Manuel y Bud ha servido para concienciar «a todo un país que otros modelos de familia son posibles» y ha abierto «un debate necesario sobre el matrimonio homosexual». Además, diversos estudiantes de derecho les han comunicado que van a realizar su tesis doctoral sobre el caso judicial por la custodia de la pequeña Carmen