Las logias valencianas se reúnen una vez al mes y suelen utilizar los hoteles como sede. Reservan un salón y lo adecuan con la apariencia de un templo masónico: columnas, atriles, una alfombra en forma de damero, luces? «Hablamos —cuenta Yuri Aguilar— de filosofía, del ser humano, de cómo ser mejores personas. No tratamos ni de política ni de religión. Intentamos transmitir conocimientos a través del simbolismo de las construcciones, de elementos simbólicos como la escuadra y el compás, la plomada, el nivel, la escuadra o la regla de 24 pulgadas». p. cerdà valencia