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Trabajo contra la discriminación

Se busca agente de igualdad | Razón: machismo

El combate contra la desigualdad de oportunidades origina la aparición de un nicho de trabajo para profesionales - La Generalitat anuncia el despliegue de 75 agentes de igualdad El sector exige personal cualificado en los puestos

Se busca agente de igualdad | Razón: machismo

Enorme paradoja: el sistema patriarcal que tanto trabajo remunerado ha robado a las mujeres, ahora les está dando empleos concebidos para intentar desmontar —o como mínimo mitigar— el machismo incrustado en la sociedad. Un giro copernicano.

Se trata de la figura del Agente de Igualdad de Oportunidades, copada en el 96 % de los casos por mujeres, y que se halla en plena expansión. Un nicho de mercado laboral con presente y futuro, aseguran los expertos, más si cabe tras el giro político del último año.

El trabajo de estos profesionales consiste en llegar a un ayuntamiento o a una empresa (como miembro de plantilla o como consultor externo) para realizar un diagnóstico sobre las desigualdades sexistas que existen en dicho ámbito de actuación y trazar planes de intervención con acciones concretas. Su fin es erradicar discriminaciones y propiciar ecosistemas libres de machismo y cercanos a la igualdad de oportunidades.

La Generalitat va a apostar por estas figuras con un cambio de modelo que adelanta a este periódico la directora general del Institut Valencià de les Dones i per la Igualtat de Gènere, Anaïs Menguzzato. A partir del mes de enero van a empezar a desplegar una red de agentes de igualdad con 75 trabajadores. Llegarán a los 64 municipios valencianos con más de 20.000 habitantes y a las once comarcas que no tienen poblaciones de más de 20.000 vecinos.

Estos agentes de igualdad los pagará la Conselleria d'Igualtat mediante una línea nominativa, pero los seleccionarán los ayuntamientos en coordinación con la Generalitat y formarán parte de las plantillas municipales como personal laboral.

Se enterrará así el actual modelo de Infodona: con 32 agentes de igualdad gestionados por una empresa privada (con horario reducido y que bajan a 25 en verano) y cuya valoración es ampliamente cuestionada por diversas partes. «El plan es llegar a los 75 al final de la legislatura, cuanto antes mejor, y que sirvan para formar a funcionarios, políticos y asociaciones, y que impregne de perspectiva de género la acción municipal y también en red que podamos planificar desde la Generalitat. Y sobre todo —incide Menguzzato— que lo hagan personas expertas, profesionales de este campo».

Más de 700 formadas en la UV

Personas profesionales son las que forma Gabriela Moriana, directora del Màster en Gènere i Polítiques d'Igualtat de la Universitat de València. El año que viene llega a su décima edición, aunque siete años antes de su inicio ya se organizaba de manera on line. Más de 700 personas han sido formadas en estas casi dos décadas. Muchas ya trabajan en ayuntamientos, sindicatos, consultoras o en la Administración autonómica. «Este trabajo —dice su directora— no puede hacerse sin formación específica». Con la buena voluntad no sirve, asegura, y por ello este máster forma a sus alumnos desde disciplinas múltiples: Sociología, Derecho, Economía, Antropología, Historia, Filosofía o Filología. Moriana sabe del potencial creciente de la profesión. «Después de la crisis y del anterior Consell, que no apostó en absoluto por el campo de la Igualdad, ahora estos profesionales que formamos se están convirtiendo en imprescindibles», dice Gabriela Moriana.

La idea de la profesionalización la redondea Aida Rodríguez, presidenta de la Asociación Profesional de Agentes de Igualdad de Oportunidades de la Comunitat Valenciana (Iocova). «Si no entendemos las políticas de salud sin los perfiles profesionales de enfermería y medicina, si no entendemos la educación sin el cuerpo docente de maestros y profesores, no debemos entender las políticas de igualdad sin los perfiles profesionales cualificados para su desarrollo», afirma. Es decir: formación universitaria más formación de posgrado con un mínimo de 250 horas. Rodríguez deplora una realidad: que las políticas para la igualdad de oportunidades «se han sustentado básicamente en la voluntad política de los partidos en el gobierno».

«Boom» de consultoras

Bien lo sabe —por periodos de «sequía terrible debidos a la poca inversión»— Maite Sarrió, consultora de género desde sus asesoría Infinita, fundada hace una década. Ahora ha cambiado. Ella está elaborando en este momento los planes de igualdad para tres ayuntamientos valencianos. «Vuelve la apuesta y la inversión tras el cambio político», indica. Cuenta que ha habido un pequeño boom de consultoras de género. También de grandes consultoras que incorporaron este servicio.

Prevenir y corregir las discriminaciones, las desigualdades y la violencia o acoso por motivo de género siguen siendo sus prioridades a la hora de plantear cambios y acciones. Desde un colegio que dedica casi todo su patio al campo de fútbol y muy poco al lugar en el que se reúnen y juegan las chicas, hasta una empresa que no se ha planteado nuevos métodos de conciliación. Es enorme el campo de trabajo. Tan grande como necesario.

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