Valencia vivirá mañana la primera manifestación de la historia de la enseñanza concertada contra las políticas del Consell. Llega de la mano de la patronal de la concertada religiosa, Escuelas Católicas de la C. Valenciana (Escacv), con el apoyo del Arzobispado de Valencia y de la gran patronal de la privada sostenida con fondos públicos, la Federación de Centros de Enseñanza de Valencia (Feceval).

La protesta, en defensa de la libertad de elección de centro y contra los recortes de aulas en los colegios concertados se convoca tras la primera planificación o arreglo escolar en cinco cursos que resta aulas de Infantil y Primaria a este sector que escolariza al 27,4 % del alumnado valenciano.

El arreglo escolar, en el que por primera vez la conselleria ha abordado conjuntamente la red pública y concertada, crea o suprime aulas en base a la previsión de matrícula o a la atención a la diversidad. Así, no se han cerrado unidades con pocos niños si más de un 30 % del alumnado es de compensatoria.

Con estas premisas la conselleria suprime 22 aulas concertadas en Infantil, Primaria y Educación Especial, pero al abrir 20 el balance es de dos menos. Desde Educación aseguran que si se añade el arreglo de Secundaria y FP, «la concertada tendrá mantiene el global de aulas, porque el balance es cero».

Recorte desigual

El PP, en los tres cursos de recortes (del 2012-13 al 2014-15), tras hinchar las ratios máximas de alumnos por clase un 20 %, cerró 606 aulas en los colegios públicos. Lo justificó por la caída de la natalidad y la marcha del alumnado inmigrante. Sin embargo, durante este mismo periodo aumentó el total de aulas concertadas en 78 más.

Para el curso actual, cuyo arreglo lo cerró el PP, la concertada ganó 17 unidades y la pública 310, cifra que el tándem Compromís-PSPV aumentó en 68. Este curso y el próximo la pública contará con 823 aulas más. Si se restan las 606 recortadas, el balance de cinco cursos es de 217 unidades más. Durante este mismo periodo la concertada ha ganado aulas en todos los arreglos salvo el del próximo curso, con lo que computo final es de 93 .

El delegado de Gobierno, Juan Carlos Moragues, mostró ayer el «rechazo» del Ejecutivo al «ataque de la Generalitat a la concertada». El apoyo del Gobierno en funciones se escenificó en una reunión con los convocantes de la protesta en la que participó el director general de FP del ministerio, Ángel de Miguel.

El Gobierno respalda la protesta

Esto llevó al conseller de Educación, Vicent Marzà, a acusar al Gobierno de «utilizar las instituciones para entrar en campaña». «Hay quien tiene interés en ir utilizando cierto miedo que se ha ido creando para mejorar sus resultados partidistas», añadió. El conseller se pregunta «por qué no venía el Gobierno a reunirse con los padres afectados por los recortes en la pública». Marzà niega que ataque a la concertada y a la escuela católica. «De las 20 aulas que se abren, 11 son de centros religiosos», asegura.

Por su parte, el presidente de Feceval, Jose Manuel Boquet, responde que «no importan el número de aulas que se cierran cuando diputados del mismo grupo político del conseller dicen que el tiempo de la concertada ha pasado».

El apoyo a la concentración no es unánime. Si los sindicatos FSIE y USO la respaldan, no lo hace CC OO «porque la convoca la patronal y responde a motivos políticos, pues nadie se movió el curso 2013-14, cuando se suprimieron 70 aulas», dice Pepa Ramis, responsable de concertada en este sindicato. «Aunque se abrieron más de 100, los profesores despedidos no fueron recolocados», lamenta.

Las cooperativas piden sosiego

La patronal de las escuelas cooperativas, la UCEV apuesta por «un debate educativo sosegado». Este colectivo sostiene que la planificación conjunta de unidades públicas y concertadas «es correcta, desde el punto de vista de la racionalidad y de la complementariedad de la red concertada».