La Comunitat Valenciana está a la cabeza del resto de regiones en asistencia sanitaria primaria a turistas llegados de otras comunidades, con un importe anual que supone el 30 % del total nacional. La comunidad es pues una región receptora neta y, por lo tanto, eterna acreedora de la administración central. No lo son tanto otras comunidades en las que, el saldo anual, suele ser a pagar.

Esta es una de las razones por las que, en este tiempo no se haya avanzado lo que la Comunitat Valenciana esperaría en el desarrollo normativo para completar el cuadro de las compensaciones.

Además, el sistema sanitario valenciano tiene una gran ventaja que, sin embargo en estas circunstancias, puede parecer una maldición: su avanzado sistema de registro sanitario hace que todos los movimientos internos y externos estén contabilizados y, por lo tanto, se sepa, con gran detalle, el dinero que se está dejando de cobrar. Los sistemas registraron, por ejemplo, que el año pasado un total de 62.000 extranjeros usaron su tarjeta sanitaria europea en algún centro de salud durante su estancia en la C. Valenciana, según fuentes de la empresa que gestiona el sistema. En otras comunidades se está a años luz y esta falta de datos está dificultando el que se puedan realizar las compensaciones con carácter retroactivo, por ejemplo, en las recetas farmacéuticas, según sea punta en el informe de Sanidad. De hecho, de los años 2012 y 2013 se han dejado perder las recetas prescritas y dispensadas en la comunidad a turistas de otras áreas por la ausencia de datos en el resto de comunidades. Este vacío también está lastrando la toma de decisiones para realizar los pagos retroactivos en otras áreas.