La Conselleria de Sanidad denunció ante la Fiscalía el año pasado a dos médicos y a dos responsables de farmacia por uso fraudulento de recetas de medicamentos peligrosos, que engloba estupefacientes como los opiáceos o la metadona, los anabolizantes o los psicotrópicos. Así lo confirmaron fuentes de la administración que aseguraron que estas 4 notificaciones ante la Justicia son solo una parte del total de 11 denuncias realizadas ante diferentes estamentos por presuntos delitos o irregularidades en el ámbito de la prestación farmacéutica durante el pasado año.

La detección del fraude en la prescripción o dispensación de recetas es una de las tareas del programa de inspección de la Conselleria de Sanitat y que el año pasado revisó un total de 12.383 recetas por un importe aproximado de 207.904 euros.

En estas inspecciones se intenta cotejar que las recetas emitidas por los médicos (tanto públicos como privados) son necesarias para el tratamiento del paciente según su patología y su historial y no se emiten más de las necesarias para obtener de forma fraudulenta fármacos que tienen salida después en el mercado negro. De igual forma, el programa de inspección vigila que los despachos de farmacia dispensan solo los medicamentos que han sido recetados. En estos casos no se trata de recetas ilegales, ya que los fármacos se han emitido a través de los cauces legales y por médicos facultados para ello pero sí son fraudulentas.

En este caso es necesaria la connivencia de los profesionales -ya sea el médico o el farmacéutico- para obtener estos fármacos calificados de peligrosos. Además de las cuatro notificaciones a la Fiscalía, durante el año pasado, se abrieron cinco expedientes sancionadores o disciplinarios a cuatro oficinas de farmacia y a un médico.