Tocado de sombrero y con el paso lento, uno de los primeros en abandonar la sala donde transcurría la junta general de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV) era el musicólogo y sacerdote Josep Climent. A punto de cumplir los 89 años, el hombre que fundó y dirigió el conservatorio municipal José Iturbi de Valencia justo hoy alcanza los 33 años como miembro de la Real Acadèmia fundada en 1915. Su comentario, con el tono solemne y pausado propio de las grandes ocasiones, no dejó lugar a dudas del sentir de una gran parte de los derrotados en el seno de la RACV. «S'acaba la Real Acadèmia; estem fotuts i arrimats al marge!», exclamó Climent mientras abandonaba la sala.

La fractura de la RACV ya se palpa en el seno de la centenaria entidad. Y apunta a una gangrena de difícil curación bajo la que subyace una pregunta: para qué han aguantado durante casi cuatro décadas en sus posturas secesionistas y bajo el paraguas de las cambiantes Normes del Puig.

Voro López, presidente de la Secció de Llengua de la (RACV) y rostro visible del sector crítico con el pacto con la AVL, denunció ayer que la votación de la declaración conjunta con la Acadèmia ha estado «manipulada y bajo presión». López justificó su acusación con dos argumentos. «Primero „dijo„, porque la AVL ha votado antes que nosotros cuando se había comprometido a votar al mismo tiempo, y eso es una forma de presionar. Y la otra forma de presionar ha sido presentarse los tres políticos en una junta general y ejerciendo su derecho al voto. Podían haberse abstenido, que éticamente era lo más correcto. Pero así han politizado la votación y su resultado. Ha salido que sí por los tres votos de los políticos. O sea: han sido los políticos los que han inclinado la votación», afirmó Voro López, filólogo de referencia de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana. Él sigue reivindicando que «la mayoría de la Real Acadèmia está en contra, está por el no. Ésa es la verdad. Otra cosa es lo que den los números», apostilló.

López denunció que el decano de la entidad no haya aceptado el voto por correo de un académico que se encuentra enfermo. «No se admite ni el voto por correo ni el delegado. El voto en la RACV siempre ha sido únicamente presencial», aclaró luego Martínez Roda. Los críticos no descartan la posibilidad de recurrir el acuerdo.

La Plataforma Valencianista PLV calificó de «tongo y pucherazo» el resultado de la votación por la inadmisión de ese voto por correo, por la presencia de los tres políticos que votaron y por el uso del decano del voto de calidad, e instó a impugnar la votación.

¿Quién se sentará con la AVL?

Voro López recalcó que «la Secció de Llengua se ha posicionado en contra y, por supuesto, no vamos a sentarnos a hablar con nadie. No sé quién será el interlocutor válido [con la AVL], pero nosotros, no». El decano sugirió que tal vez hay miembros de la Secció de Llengua que sí quieran participar en estos grupos de trabajo conjuntos con la AVL. Y deslizó: «En la sección puede entrar más gente».