El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha querido rebajar la escalada de tensión con el cardenal Antonio Cañizares. El jefe del Consell ha confirmado que ha recibido una carta del arzobispo de Valencia, como hoy ha publicado en exclusiva Levante-EMV, pero no ha querido profundizar en su contenido porque era una comunicación "personal".

"Dos no se pelean si uno no quiere, y yo no quiero", ha dicho gráficamente sobre la polémica con el prelado tras sus duras manifestaciones contra las políticas en favor de la igualdad de género y de la orientación sexual del Consell.

En todo caso, Puig ha recordado que las leyes están para cumplirlas -el cardenal llamó a la desobediencia de algunas de ellas- y ha afirmado que "el tiempo de la confrontación ya ha pasado" tras recordar que los momentos del llamado blasquismo (la ideología anticlerical de los seguidores de Vicente Blasco Ibáñez) están ya muy lejos. El presidente de la Generalitat ha insistido en el respeto a los miles de cristianos, si bien no ha descartado que el Gobierno autonómico adopte alguna medida de reprobación ante la Conferencia Episcopal o el Vaticano.

Algo más lejos ha ido en este punto la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, también destinataria de una carta crítica de Cañizares. Ha señalado que se está valorando alguna actuación ante la Conferencia Episcopal Española, que ha dicho que debería decir algo.

"Lo que más me preocupa es el tono de la carta", ha dicho, de un referente para miles de ciudadanos. "No puede romper un modelo de convivencia", ha añadido.

Ha revelado además que algunos carteles de respeto a la diversidad sexual han amanecido con pintadas "amenazadoras, que tienen que ver con esta cruzada", de la que ha responsabilizado al arzobispo por sus mensajes "de odio".

Puig y Oltra se han manifestado tras la conferencia del líder de Podemos en la Comunitat Valenciana, Antonio Montiel, en el Nueva Economía Fórum, en Valencia.