Entre las dedicaciones académicas del nuevo premio Jaume I de Economía se encuentran los estudios relacionados con la deuda soberana y el déficit público. Albert Marcet (Terrassa, 1960) ha analizado modelos que explican cómo se puede utilizar la deuda para afrontar situaciones económicas difíciles. Sus conclusiones son inequívocas y contrarias a las políticas dominantes en la UE. «Cuando las cosas van mal, es bueno que haya un porcentaje de déficit», aseguró ayer tarde a este diario. En su opinión, «la austeridad excesiva es mala y, por eso, debe permitirse el déficit. Es cierto que España llegó a niveles muy altos, lo que quiere decir que había que hacer ajustes, pero ahora se están pasando, sobre todo porque el peso ha caído sobre las autonomías, que son las que concentran el gasto social. Es un disparate que se exija el déficit cero a las comunidades. Se les debería permitir entre un 1,5 % y un 2 %, entre otros motivos porque si tienen el 35 % del gasto también deben tener el 35 % del déficit»

Marcet se licenció en Económicas en la Autónoma de Barcelona y se doctoró por la Universidad de Minnesota (EE UU ). Ha trabajado en las universidades Carnegie-Mellon y Pompeu Fabra y en la London School of Economics. Actualmente, es investigador de ICREA y director del Instituto de Análisis Económico-CSIC. Además de realizar trabajos matemáticos en modelos dinámicos para explicar cómo la economía se desarrolla a lo largo del tiempo, Marcet ha investigado sobre el comportamiento de la deuda soberana. Una de sus conclusiones es que hay movimientos en los mercados de bonos que hacen que los tipos que paga España sean superiores a los de Alemania que no tienen que ver con el riesgo de impago. Son factores relacionados con el funcionamiento del mercado, de carácter temporal o, simplemente, que hacen real un estado de opinión adverso.