Andrea García es estudiante de Medicina, concretamente en la Universitat de València, y además es vicepresidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina. Fue ella la que representó a sus compañeros en la rueda de prensa en la que los consellers de Sanidad y Educación, Carmen Montón y Vicent Marzá, anunciaron que los estudiantes de Ciencias de la Salud de la privada ya no podrán hacer prácticas en los hospitales públicos.

A ella no hace falta que la convenzan de si la medida es buena o mala porque «sufre» directamente la masificación en las prácticas, una de los problemas que la decisión del Consell busca solucionar. «Yo he dejado de auscultar a un paciente porque éramos demasiados en la práctica. No hace falta ser veinte, pero si estás con una persona con un problema respiratorio y eres la cuarta o la quinta que le pide que haga el esfuerzo para poder escuchar su respiración, pues no lo haces», explica Andrea.

Según asegura, la masificación «existe» y buena parte de culpa la tiene el crecimiento en estos últimos años de los grados de Medicina en la Comunitat Valenciana en las universidades privadas, movimiento que se ha dado en toda España. «En cinco años ha subido un 42 % las facultades y además, sin ningún estudio ni ningún criterio objetivo que lo ampare», asegura.

El problema en la Comunitat Valenciana va por grados y por zonas. En unos es más acusado (Enfermería es uno de los estudios más afectados) y zonas que más están sufriendo el acúmulo de futuros profesionales haciendo prácticas en los mismos hospitales como Castelló, con una nula oferta para hacer prácticas clínicas en hospitales privados y dos universidades que ofrecen Medicina, la UJI y la UCH-CEU.

García recuerda que los alumnos en prácticas -de varios cursos a la vez- deben compartir espacio con los adjuntos y los residentes, junto al propio médico cuando se hace una visita. «En una pequeña consulta podemos ser cinco o seis y en áreas como Obstetricia o Ginecología donde el paciente se expone más es siempre más difícil», asegura.

La representante del consejo explica que este año, por ejemplo, los alumnos de quinto de Medicina han cambiado su semana de prácticas en esta área por una guardia de 24 horas «porque la aglomeración al coincidir también con los de sexta era brutal». Siguiendo la lógica del Plan Bolonia, que apuesta por grupos más reducidos, desde el consejo apuestan por poner orden, pero no solo en la Comunitat Valenciana, sino a nivel estatal y controlar la oferta total de matrículas en Medicina. El objetivo es mejorar la experiencia docente, conseguir unas mejores prácticas pero también acabar con el llamado «superávit médico».

Los egresados de las facultades de Medicina son más que las plazas de residencia MIR que se ofertan para hacer la especialización en hospitales y estos médicos están ya saliendo del país para buscar un futuro.

El decano de la Facultad de Medicina de la Universitat de València, Federico Pallardó, insistió ayer en esta idea, planificar las plazas pero teniendo como base los recursos de prácticas clínicas, tal como ha adelantado el Consell que quiere hacer ajustando las plazas finales a la capacidad real de los hospitales. «Se dejó crecer el sector según la ley de la oferta y la demanda y no se planificó y ahora estamos como estamos», aseguró ayer.

«Han crecido a coste cero»

«En Castelló la situación es insostenible», añadió el decano que defiende en que hay que poner orden en cuántos estudiantes acoge cada hospital, según recoge el Real Decreto 420/2015 invocado por el Consell, pero también la decisión de que las privadas salgan del circuito de los hospitales públicos que basan en la ley de incompatibilidad de los funcionarios públicos. «Han crecido aprovechando el sistema público y a coste cero. Las universidades en sí no tienen la culpa pero sí les recrimino que no se hayan organizado ni invertido en ayudar a la formación», añadió.

Desde el Ministerio de Educación recordaron ayer que, pese a que el Real Decreto 420/2015 que invoca el Consell para poner orden en las prácticas no prevé la segregación de públicas y privadas, el Consell sí puede hacerlo: «Estamos ante una decisión que toma la conselleria. Puede hacerlo, es su decisión», apuntaron fuentes del ministerio.