El Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) celebró ayer su 25 aniversario a la vanguardia de la investigación sobre el clima con la introducción de una nueva variante en el régimen de precipitaciones en el territorio valenciano que añade nuevas dificultades a la gestión de los recursos hídricos „escorrentías„ disponibles al anticipar un incremento de la frecuencia de descargas en el mar, y no en la franja costera como ocurría hasta ahora, de las temidas y, mal llamadas, según los expertos, «gotas frías» o «ciclogénesis» mediterráneas.

El CEAM, cuyo aniversario reunió ayer en Valencia a decenas de investigadores como Karl Heinz Becker (Euphore), los Jaume I Xavier Querol y Joan Grimalt, y personajes públicos como el expresidente Joan Lerma, que fueron claves en la constitución del centro, inscribe esta modificación espacial, que no temporal de las descargas, en el marco del conjunto de cambios que se están produciendo a nivel global y de los efectos de la modificación de los usos de suelo en el litoral mediterráneo.

El director emérito del CEAM, Millán Millán, en cuya persona recayó buena parte del homenaje a la labor del centro, recordó que este organismo fue el primero en desagregar el origen de la precipitación en la Comunitat Valenciana.

Según Millán, la Comunitat recibe aproximadamente un 20 % de la escorrentía provocada por la lluvia en laderas orientadas al oeste sobre las que impactan los frentes atlánticos. Durante años ha habido una tendencia decreciente que parece remontar en la última época, según Millán.

La tercera entrada en volumen es la protagonizada por las tormentas de verano, que dejan entre el 11 y el 15 % del agua, en laderas orientadas al este y situadas entre 40 y 80 kilómetros hacia el interior. La constatación del notable descenso de las aportaciones con origen en tormentas y su vinculación a los cambios de uso de suelo producidos en la franja litoral y prelitoral fue una de las primeras y más notables aportaciones de la investigación realizada por el CEAM.

Finalmente y como principal entrada de escorrentía figura la ciclogénesis mediterránea o temporales de levante, que tienden a ser torrenciales y suponen en torno al 65 % del total de las precipitaciones.

Menos precipitaciones

El CEAM había detectado un aumento de la precipitación en los últimos 50 años en torno a los 90 litros por metro cuadrado en las zonas situadas a menos de 40 kilómetros de la costa. Esta precipitación, aunque difícil de gestionar y responsable de las temibles riadas, compensaba los descensos detectados en los otros dos tipos.

Sin embargo, Millán Millán anunció ayer que existen bases científicas para pensar que las ciclogénesis se están produciendo cada vez con mayor frecuencia en el mar. «Mucha gente cree que no hay temporales, pero lo que ocurre es que están descargando unos pocos kilómetros de la costa donde lo hacían tradicionalmente», aseguró.

Los mismos fenómenos de recirculación „o falta de ella„ propios del Mediterráneo y que han hecho descender el número de tormentas, estarían también detrás de este fenómeno, al acumular sobre el mar aire recalentado y húmedo que a su vez eleva la temperatura del agua.

La confirmación de este nuevo escenario, con lluvias otoñales cada vez más infrecuentes en tierra, donde recargan acuíferos y alivian las sequías, obligarían a realizar un nuevo discurso hídrico en la Comunitat Valenciana y en opinión de Millán aconsejan intervenir para recuperar el ciclo de tormentas y evitar la concentración de vapor de agua sobre el Mediterráneo, responsable a su vez de algunas de las lluvias torrenciales de verano en Europa.