En la Valencia de los grandes eventos como la Fórmula 1 y la Copa del América se disparaba con pólvora de rey. Cualquier excusa bastaba. Y las fundaciones públicas eran uno de los brazos ejecutores del despilfarro. Como la creada para la visita del Papa, que gastó 22 millones de euros en un evento de dos días para cantar las alabanzas de la familia católica, como se ha recordado esta semana. O la Fundación Jaume II el Just, creada en 1999 por la Generalitat para recuperar el histórico monasterio cisterciense de Simat de la Valldigna. Bajo la batuta de Francisco Camps al frente del Consell, esta fundación también estaba llamada a convertirse en la reserva espiritual de las esencias valencianas.
Al frente de la Fundación Jaume II el Just, Camps colocó en 2003 a su amigo de facultad y expresidente de Nuevas Generaciones, Vicente Burgos, detenido el pasado mes de enero en el marco de la «Operación Taula» que investiga una red organizada para el amaño de contratos y cobro de comisiones en la Generalitat, el Ayuntamiento y la Diputación de Valencia. Burgos fue el primer marido de la exconcejal del Ayuntamiento de Valencia, María José Alcón, también detenida en el marco de esta operación anticorrupción.
Los investigadores rastrean los gastos de esta fundación y a las empresas que conformaban su equipo proveedor habitual: Universo Selección y Thematica Events, dos empresas también relacionadas con otras ramas de la «Operación Taula».
Entre los pagos realizados a ambas empresas se encuentran todos los fastos organizados para la inauguración del claustrillo del Palau de l´Abat, trasladado piedra a piedra desde el palacete Canto del Pico (Madrid) y por el que se abonó un millón de euros para recuperarlo. La inauguración del emblemático claustro costó 256.095,15 euros a las arcas públicas en actos organizados entre marzo y mayo de 2007 por Thematica Events, según las facturas a las que ha tenido acceso Levante-EMV. El acto se inmortalizó con un vídeo cuyo coste ascendió a 32.290 euros, la iluminación salió por 30.795 euros, la carpa enmoquetada y con «suelo técnico» otros 42.052 euros. La música corrió a cargo de un cuarteto de jazz que, junto a los escenarios del evento y la filmación con «dos cámaras en formato Betacam SP», sumó otro pico de 35.467 euros más. La copa de bienvenida y la cena para conmemorar la llegada del claustro supuso otros 28.350 euros, a los que se sumaron otros «cocktails» en días anteriores y posteriores que engordaron esta última factura hasta los 38.592,23 euros. Y la contratación y producción del concierto de una soprano añadió otros 26.172 euros más. La cantante repitió en una misa celebrada el 11 de marzo de 2007 en el monestir de la Valldigna, actuación que sumó otros 1.450 euros. Una visita del Consell a finales de abril y el cocktail ofrecido por la conmemoración del «25 d´abril» añadió 6.972,40 euros de gastos. Todos estos trabajos fueron contratados por la Fundación Jaume II l Just con Thematica Events, a dedo y sin ningún tipo de concurso.
Para redondear la fiesta, la Fundación Jaume II el Just pagó 8.346 euros por una barbacoa para 300 personas el 5 de mayo de 2007, en plena precampaña electoral. La empresa organizadora volvió a ser Thematica Events, que también trabajaba asiduamente para el Ayuntamiento de Valencia y que empleó al sobrino de la exalcaldesa, Rita Barberá, según reflejan las grabaciones de la «Operación Taula».
La Fundación Jaume II el Just también recurría a Universo Selección, cuyo expropietario también fue detenido en el marco de esta última operación contra la corrupción, y de la que constan 11 facturas por caterings en 2005 que suman 21.323,55 euros.
A la vista de estos datos, la diputada socialista Rosa Mustafá se muestra «absolutamente consternada. Cuando pensábamos que con la trama corrupta Gürtel ya lo habíamos visto todo, el PP y los dirigentes de la etapa de Camps vuelven a demostrar que todavía hay mucho de gestión corrupta que no conocemos». Mustafá lamenta que los responsables del anterior Consell «nos robaron tanto dinero a los valencianos y malgastaron tanto dinero público que debieron de aburrirse y decidieron robaron hasta en el ámbito de la Fe» en relación a las facturas descubiertas en la gestión del monasterio de la Valldigna y la trama corrupta en torno a la visita del Papa. «Decían que el monasterio era el centro espiritual valenciano, pero ahora han demostrado que era también otro de los centros en los que el PP gestionaba su corrupción», denuncia.
