Los puertos de Valencia y Alicante, cuatro playas y tres tramos de costa figuran este año en la relación de Banderas Negras que otorga Ecologistas en Acción a las zonas «con peor estado ambiental» y las actuaciones «irresponsables por parte de administraciones públicas, que han promovido la destrucción o puesto en peligro nuestro maltrecho litoral».

Rechazan las Banderas Azules, «que nada tienen que ver con un buen estado ambiental de nuestras playas» e invitan «a llamar a las cosas por su nombre y señalar las acciones y actores que favorecen la destrucción de los valores naturales, sociales y culturales de nuestras costas».

No obstante, y de acuerdo a los criterios y valoración realizadas por los propios ecologistas, el pasado año fueron 36 los puntos negros señalados en el litoral frente mientras que este año el distintivo alcanza únicamente a 8, lo que aparentemente constituye una notable mejoría.

Según el informe presentado ayer en Madrid por Ecologistas en Acción, uno de los puntos más conflictivos y merecedores de la bandera negra es el Puerto de Alicante, al que atribuyen «un crecimiento sin planificación» y la falta de información sobre las medidas correctoras adoptadas para paliar su impacto ambiental. Subrayan el malestar vecinal por la descargas de graneles como áridos, carbón, clinker, cemento, sosa o azufre a las que atribuye episodios de contaminación atmosférica .

También por contaminación aparece la playa de Aiguaoliva-Surrach en el municipio de Benicarló. Se trata de apenas 400 metros de playa donde se depositan residuos de plástico arrastrados por el litoral y por un barranco vecino. Ecologistas en Acción sostiene que las personas que viven en el entorno de esta playa han presentado numerosas quejas y denuncias ante las administraciones implicadas sin respuesta.

La contaminación del litoral provocada por las operaciones de limpieza de los barcos es la responsable de una de las dos banderas negras otorgadas este año al Puerto de Valencia.

Ecologistas en Acción denuncia la existencia de vertidos «ilegales generalizados vinculados a la limpieza de las cisternas de los buques. Aseguran que la directiva europea para el control de residuos generados por los barcos «no se cumple con el rigor necesario» pese al carácter «extremadamente vulnerable» del Mediterráneo.

A las banderas negras «por contaminación» se suman las concedidas a espacios físicos víctimas de «la mala gestión» de distintos organismos y de nuevo el Puerto de Valencia merece en este apartado luna segunda bandera negra. El distintivo denuncia la regresión de las playas situadas a sur de la infraestructura, que atribuyen a sus sucesivas ampliaciones y piden al puerto que subsane el desequilibrio actual

Así, Ecologistas en Acción atribuye al incumplimiento de la directiva europea del agua y la deficiente aplicación del plan hidrológico de la Cuenca del Júcar el mal estado cualitativo de las masas de agua costeras situas entre Santa Pola y Guardamar del Segura, Santa Pola y Cabo Huertas y Castellón ciudad, sin que el programa de medidas del PHJ, incluya acciones para alcanzar el buen estado requerido.

En este apartado se incluye también la playa norte de Peñiscola, con problemas de regresión y urbanismo agresivo que ha cegado barrancos e invadido humedales y que sigue amenazando, afirman, al marjal de Peñiscola. El informe recuerda también que el municipio sigue sin tratar integramente sus aguas residuales.