La celebración fue casi en la intimidad. En el casal de Plaza Ibérica se juntaron un puñado de los falleros agraciados, los que habían comprado participaciones, que apenas sumaban una decena. «Estamos semienteros», comentaba Roberto Sarió, su presidente, con la alegría poco contenida. Del número agraciado con el primer premio en el sorteo de la Lotería Nacional de ayer, el 53.971, apenas habían llegado a vender «unas ocho o diez participaciones». Cada una saldrá beneficiada con 12.000 euros. La dimensión de la falla, apenas una familia, alejó la postal de Port de Sagunt de la de las grandes celebraciones en casales. El entusiasmo no se distanciaba mucho.

«Es que aquí somos gente trabajadora, muy humilde, figúrate; y si piensas que detrás de cada participación hay una familia...», explicaba el presidente de la orgullosa comisión. Se dio la circunstancia de que varios exfalleros habían adquirido en la misma administración el número agraciado, lo que hace que ganaran más dinero quienes habían pertenecido a la comisión (48.000 euros limpios al décimo) que los que ahora están dentro.

De hecho, la falla, con las participaciones no vendidas, sumó casi un décimo. La cifra es una minucia para las comisiones que suelen aparecer en las primeras páginas durante los días de fiesta. Para Plaza Ibérica, que este año ha conseguido cuadrar un presupuesto de unos 30.000 euros para el monumento, supone duplicar sus números de cara al año que viene. «No lo gastaremos en la falla en sí porque están todos los muñecos comprados, quizás alguna orquesta de más», desliza su presidente. Una verbena será el único capricho que se dé la minúscula comisión. Otra cosa es lo que hagan con sus 12.000 euros los falleros.