Antes de la adaptación a la tarjeta única, la Comunitat Valenciana ya venía años destacando en el resto del territorio nacional por la gestión de los datos de los usuarios del sistema valenciano de salud a través del SIP (Sistema de Información Poblacional). Gracias a él y a otros avances tecnológicos e informáticos, los valencianos tienen acceso telemático a su historial clínico y los resultados de las pruebas viajan de un centro de especialidades a la consulta del médico de cabecera sin problemas, por ejemplo.

El SIP fue pionero y, por ello, otras comunidades autónomas se han interesado por utilizarlo y adaptarlo a su territorio. Así lo confirmó ayer el director general de Asistencia Sanitaria, Rafael Sotoca, que adelantó que los responsables de la Conselleria de Sanidad están «dispuestos» a ofrecer la tecnología a otras comunidades para exportar el sistema SIP. «Sabemos que hay alguna comunidad interesada y estamos dispuestos a colaborar», aseguró. El sistema fue desarrollado por la conselleria, que posee la patente.

Por otra parte, Sotoca reconoció que ha habido un retraso de varios meses desde que se planificó la emisión de la tarjeta a finales de 2015. Lo achacó a problemas técnicos y a que, «en esos momentos» no todos los centros ni farmacias estaban adaptados. «Ahora ya son casos aislados», aseguró.

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