La Conselleria de Sanidad empieza a emitir a partir de hoy jueves la nueva tarjeta sanitaria SIP que se adapta a la normativa estatal y que permitirá, en un futuro, el acceso a información básica del paciente en cualquier parte del territorio español pese a la dispersión de competencias. Hasta ahora, cada una de las comunidades autónomas funcionaba con su propio sistema de expedición y lectura de tarjetas, lo que dificultaba la captura de datos cuando una persona necesitaba ser atendida en otra comunidad.

Ahora, y gracias a esta tarjeta con la deseada interoperabilidad que busca el Ministerio de Sanidad, tanto tarjetas como lectores estarán unificados para permitir un acceso rápido a los datos del usuario y evitar los problemas y posibles errores que se venían dando al recoger de forma manual la filiación.

Con todo, el reparto de las nuevas tarjetas -se estima que ambos diseños coexistirán durante, al menos, cuatro años- no garantiza hoy por hoy una conexión «total» en toda España. De hecho, los responsables de la Conselleria de Sanidad tienen «dudas» de que el nuevo título SIP que empieza hoy a expedirse pueda ser completamente operativa actualmente en la vecina Cataluña. «La única duda que tenemos es con el sistema catalán de salud que es el último que se ha incorporado y no tiene todavía la tarjeta homologada con el Sistema Nacional de Salud», apuntó ayer el director general de Atención Sanitaria, Rafael Sotoca, en la presentación del nuevo título valenciano junto a la consellera de Sanidad, Carmen Montón.

Sotoca explicó que Cataluña no está «tan avanzada» como el resto de España «ni en la emisión de tarjetas» interoperables ni en su lectura, por lo que es posible que los nuevos títulos valencianos tampoco sean válidos, por ahora, en los centros sanitarios catalanes.

«Eso no quiere decir que en los lectores no se pueda leer porque el sistema catalán tiene muchos sistemas diferentes», puntualizó. En este caso, la asistencia se daría a cualquier persona pero sus datos deberían de tomarse, de nuevo, de forma manual hasta que Cataluña unifique y adapte su tecnología a los estándares requeridos por el ministerio.

En los sitios donde los lectores sí estén adaptados, la tarjeta -con nuevo diseño en rojo y gris, los colores corporativos del logotipo de la Generalitat Valenciana- permitirá a los sanitarios de otras comunidades acceder a los datos básicos de los usuarios del sistema valenciano, lo que evitará errores.

El acceso será posible gracias a la incorporación de una banda magnética tecnológicamente similar en toda España y la asignación de un código para cada uno de los afiliados, el Código de Identificación Personal del Sistema Nacional de Salud (CIPSNS). A través de este código, visible en el ángulo inferior izquierdo, se accederá a un archivo nacional en el que se guardarán los datos comunes.

Expedición de forma progresiva

Según explicó ayer la consellera, la emisión de las nuevas tarjetas comenzará hoy pero, las antiguas serán igualmente válidas. Los centros de sanidad tienen primero que agotar las existencias que tengan de las actuales y, a partir de ese momento, cada nueva alta o reposición de tarjeta por robo o deterioro se hará ya con las nuevas. El proceso de sustitución completa de las 4.650.404 tarjetas que hay expedidas en la Comunitat se alargará durante, al menos, cuatro años. Además, será a coste cero: el ciudadano no tendrá que pagar nada cuando haya deterioro del soporte plástico y a la conselleria le costará lo mismo un diseño que otro.

Además del cambio visual y las incorporaciones técnicas, este nuevo título podrá ser expedido en sistema braille y contará con una muesca lateral para poder ser reconocible al tacto.

La puesta en circulación de estas tarjetas es un primer paso -el ministerio estipuló la necesidad de hacer tecnologías compatibles en todo el territorio español en 2003- hacia la historia clínica única, que permitiría el acceso a todos nuestros datos sanitarios desde cualquier sistema del país.

La mejora en la captación de datos redundará, directamente en los valencianos que viajen fuera o en los usuarios del resto de España que vengan a la Comunitat Valenciana aunque no tendrá consecuencias directas en la forma en que la Conselleria de Sanidad realiza el recuento de datos para pedir las compensaciones económicas por la atención sanitaria de pacientes de otras partes de España. «Para recuperar costes ya estamos preparados y eso se hace de forma rigurosa», explicó la consellera.