La Cuenta General de 2015 se refiere a un ejercicio gestionado a la mitad por el PP y el bipartito. Desde la conselleria de Hacienda se hizo hincapié que la «limpieza» en el balance afecta a cuestiones que se arrastran desde hace varios años, como es el caso de los créditos del sector público. Ahora bien, el titular de Hacienda, Vicent Soler, aprovechó su comparecencia para sacar pecho de una serie de resultados de ese ejercicio y que atribuyó a la correcta gestión del nuevo Consell. En concreto, destacó el hecho de que los acreedores a corto plazo, que incluyen proveedores y empresas, se redujeron el pasado ejercicio en un 19,4% al pasar de 7.269 euros a 5.853 millones. Hizo hincapié en la reducción de los acreedores presupuestarios, pero sobre todo, subrayó la reducción de las conocidas como facturas en el cajón legal, es decir, los gastos que quedan pendientes de consignación presupuestaria y son incluidos en las cuentas 409 y 411. En total, en 2015 de dejaron si pagar facturas por valor de 1.800 millones de euros mientras que el año anterior esta deuda era de casi 2.500 millones, una reducción del 40%. Las facturas pendientes de la cuenta 409 (871 millones) corresponden sobre todo a proveedores sanitarios (413 millones de euros); Ciegsa (199 millones), mientras que hay un total de 102 millones pendientes por intereses de demora. El detalle de la cuenta 411 incluye principalmente gastos pendientes de pagar por la deuda sanitaria y por los convenios con las universidades.

Respecto a los acreedores a largo plazo, el Consell explicó que el aumento del 18% (pasa de 28.514 millones a 33.858 millones) es consecuencia de la transformación de deuda comercial en deuda financiera por el FLA. No es de extrañar que el conseller volviera a reclamar el cambio del modelo. También puso en valor reducción de las deudas con otras administraciones, principalmente, con la Seguridad Social. El Consell se ha puesto al día en el pago del IRPF de los funcionarios.