«Después de consultar a la Comisión Coordinadora de las Pruebas de Certificación, este servicio ha resuelto considerar aptos aquellos alumnos de inglés B1 que tengan una puntuación de 15, 16 o 17 sobre 30 en la comprensión oral, siempre que las otras destrezas hayan resultado aptas».

La jefa del Servicio de Idiomas y Programas Europeos, perteneciente a la Dirección general de Política Lingüística y Gestión de Multilingüismo de la Conselleria de Educación envió este escrito a las diferentes Escuelas Oficiales de Idiomas (EOI) de la Comunitat Valenciana tras las quejas suscitadas en dos de las cuatro destrezas „concretamente en Reading y Listening„ que deben realizar los alumnos para obtener la certificación B1 de Inglés.

De esta forma, y siempre que se superaran las otras tres destrezas (Reading, Writing y Speaking), la Conselleria de Educación redujo en tres puntos el baremo para superar el examen de comprensión oral (Listening). Es decir, si en un principio el aprobado se conseguía con un 6 (al obtener una puntuación de 18 sobre 30) en esta convocatoria conseguir un 5 fue más que suficiente (o lo que es lo mismo, una puntuación de 15, 16 o 17 sobre 30).

¿Por qué este cambio? Los alumnos están convencidos de que «para que aprobara más gente y para callar las críticas» ya que tras realizar los exámenes de las destrezas de «comprensión escrita (Reading) y oral (Listening) los estudiantes recogieron firmas y presentaron escritos a la conselleria para denunciar que el nivel de las pruebas «no se ajustaba en absoluto a los objetivos requeridos para la obtención de un B1 de inglés». Levante-EMV publicó la denuncia del alumnado el 28 de junio. Cinco días después las EOI de la Comunitat Valenciana recibieron el escrito de la Conselleria de Educación que ordenaba rebajar el baremo para aprobar la destreza del Listening, eso sí, siempre que el resto también tuviera una calificación «apta».

Objetivo: el dominio de la lengua

El director general de Política Lingüística y Gestión de Multilingüismo, Rubén Trenzano, explica, negro sobre blanco, el porqué de esta decisión. «Todos los ejercicios que aparecen en los diferentes exámenes están realizados por una comisión concreta que, este año, recibió una formación específica para adecuar el nivel de las certificaciones porque el idioma hay que controlarlo de verdad, no solo tener un título. Las pruebas se testean entre los alumnos. Sin embargo, hasta ahora si el 90% de los estudiantes que formaban parte del testeo aprobaban el examen, esa era la prueba que se presentaba.

Este año se decidió presentar los ejercicios que había aprobado el 70% de los alumnos testeados. Este cambio no se había anunciado así que cuando comenzaron las críticas se decidió jugar entre unos márgenes en la nota que siempre han existido y que oscilan entre los 15 y los 18 puntos. Fue una manera de compensar un testeo que se había reducido al 70% con un único objetivo: mejorar el nivel y la preparación de aquellos que obtienen un título», explica Rubén Trenzano.

Y es que para el director general de Política Lingüística recalca que las EOI «no son máquinas de hacer certificados».

«Mejoraremos el nivel del profesorado, del alumnado y de las certificaciones porque el objetivo es hablar la lengua, dominarla. Muchos de estos alumnos serán los profesores de inglés de nuestros hijos y queremos a los mejores. Por ello, ya anunciamos que incorporaremos a las clases 30 minutos de conversación que reduciremos de horas lectivas. Nos encargamos de las EOI desde noviembre y nos encontramos un panorama donde hay muchas cosas que mejorar», concluye Trenzano.