La remodelación del Consell no supondrá un aumento del número de conselleries „«sería difícil de explicar en un Gobierno de poscorrupción», señalan fuentes del Ejecutivo„ y no tocará a ningún titular de departamento, sino que, como publicó Levante-EMV, afectará al segundo escalón. Eso sí, será más amplia de lo barajado en un principio: irá más allá de los cargos que están en el disparadero por contrataciones de familiares u ocultación de datos, y significará diversos movimientos de piezas entre directores generales y secretarías autonómicas.

El análisis de los desajustes en la gestión que a partir de ayer realizan los miembros del Ejecutivo valenciano en el retiro de Torrevieja será un factor a tener en cuenta en una remodelación para la que, como es norma, no hay fecha. Es una potestad del presidente, recordaba ayer la portavoz del gobierno bipartito, Mónica Oltra.

No obstante, las fuentes consultadas apuntan al final de este mes y primeros días de agosto como la franja temporal marcada en rojo en los calendarios de Ximo Puig y Mónica Oltra.

La posible petición de entrada en el Gobierno de Podemos es un elemento que no se tiene en cuenta en el diseño de esta crisis de perfil bajo. No la condiciona, está al margen de la hipotética irrupción de la formación morada, enfatizan en los entornos del president y la vicepresidenta.

La reducción de los «gastos superfluos» (altos cargos y demás) y la reordenación de la administración son ejes del Pacto del Botànic. Suponen un obstáculo ante cualquier pretensión de aumentar el número actual de departamentos (nueve conselleries más Presidencia). Así que esta es una variable descartada. El argumento que se maneja en los despachos es tajante: no sería una medida de fácil digestión en un gobierno de una etapa de «poscorrupción».

Ello, a pesar de que se ha especulado en las últimas semanas con una hipotética separación de las competencias de Políticas Inclusivas, ahora incorporadas a la vicepresidencia. El entorno de Oltra rechaza la posibilidad de forma drástica. La líder de Compromís está en el Consell «para gobernar, no para reinar», sentencian.

El juego de equilibrios es fundamental en un ejecutivo compartido. También a la hora de decidir un reajuste. La vicepresidenta insistía ayer en Torrevieja en que una remodelación siempre está en manos del jefe del Consell, pero en Presidencia esperan atar los últimos cabos con Oltra durante los próximos días.

Una cuestión de estética que inquieta es que, al incluir en los cambios a cargos cuestionados „la directora general de Internacionalización, Mónica Cucarella, y la secretaria autonómica de Sanidad, Dolores Salas, están en todas las quinielas„, otros movimientos puedan interpretarse como una represalia, cuando el objetivo sería solo el de dar un impulso a la gestión. En esas disquisiciones andan estos días en los despachos del Palau a la espera del momento definitivo.