También cumplen un año, pero en la oposición, los diputados del Partido Popular (12). Para los populares, el balance anual no es tan halagüeño como el que brinda el equipo de gobierno, obviamente. «Los nuevos gestores han perdido un año, entre intentar ponerse de acuerdo, colocar a los suyos y aprovechar la inercia de la gestión anterior. Cada socio de gobierno funciona de manera independiente porque no hay un proyecto real de gestión común, lo único que une a la ensalada de siglas es que no gobierne el PP», critica Mª Carmen Contelles, portavoz del grupo.

«Reivindicaciones de nuestro gupo como la instalación de desfibriladores, resolver el recorte drástico a programas como la Dipu te Beca o revocar la discriminación a los estudiantes de las universidades privadas son rechazadas o ignoradas por aquellas formaciones que propugnaban lo social y desgraciadamente no ven más allá de su interés particular», lamenta la diputada. «Aprobaron una mejora salarial de un millón de euros que sólo afectaba a 43 personas de los más de mil empleados con que cuenta la institución», añade Contelles.

Para los populares, la gestión de la diputación en este primer año no ha estado exenta de irregularidades y polémica. Destacan casos como el nombramiento de Vicent Flor al frente de la Institució Alfons el Magnànim, «actualmente en los tribunales», o «el fallido intento de colocar al frente de Egevasa al marido de la consellera Montón». Además, lamentan que la diputación se haya convertido en «el cajero de la Generalitat». Iniciativas como Xarxa Llibres o la Primavera Educativa han contado con la financiación «impuesta» y sin réplica por parte de la diputación, denuncian.