Uno a uno, repasando una lista de 400 nombres. Así pasaron la noche del jueves en una residencia universitaria de Niza seis valencianos que se encuentran en Francia desde el pasado domingo 3 de julio con motivo de un encuentro universitario internacional con estudiantes de 80 países diferentes. Cuatro de ellos no habían vuelto ayer por la mañana después de que un camión arrollara y matara a más de 80 personas en el paseo marítimo de la ciudad francesa la noche anterior.

«Esto es desolador, es muy duro. No hemos dormido nada. Nos hemos pasado la noche en la sala común de la residencia esperando a que volvieran los que faltaban. Todo eran nervios y lloros», explica a Levante-EMV Maria Lairón, una joven alcireña de 23 años. Junto al resto de sus compañeros biotecnólogos, se dirigía al paseo marítimo para festejar también el 14 de julio cuando comenzaron a llegar mensajes de alerta. «Estamos como a cinco minutos de la zona del atentado. De repente nos escribieron algunos de los compañeros que habían ido a ver los fuegos artificiales contando que había pasado algo, pero no sabían qué: que si un camión iba dando tumbos, que si habían oído disparos,....», narra la joven.

Buscando a los compañeros

A los pocos minutos de recibir esos «whatsapps» comenzaron a llegar a la residencia algunos de estos estudiantes internacionales. «Llegaban heridos, llenos de sangre, alertando de que faltaba gente, de que no los encontraban», señala Lairón. «Nos contaron que habían estado buscando entre los cadáveres del paseo marítimo a los compañeros perdidos», recuerda con amargura. Entonces comenzó el recuento. «Uno de los que falta es mi compañero de la habitación de enfrente», lamenta la afectada.

Maria, junto a Carolina Lacasta, Jose Vilanova, Paz Ferrer, Israel Zanón y Vincent Blay, los otros alumnos de la Universitat de València (UV) que participan en el «Entrepreneurship and Innovation in Europe: A Berkeley Startup Bootcamp», se encuentra a la espera de noticias. «Algunos de los participantes estadounidenses se han vuelto a su país con el primer vuelo disponible. Nosotros vamos a esperar a ver qué decide la organización del encuentro», expone Lairón. «Ya ha pasado lo peor», reconoce la estudiante, que intenta junto a sus compañeros recobrar la calma. Sin embargo, repone: «Es difícil, nos han dicho que no nos paseemos por el centro ni por zonas concurridas».