El nivel de alerta terrorista se mantendrá en 4, pero tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil han incrementado, aún más si cabe, la presencia de patrullas a pie fuertemente armadas en todas las infraestructuras críticas y en áreas de especial concentración de personas como medida antiterrorista disuasoria. Así, desde ayer los mandos policiales han ordenado un mayor despliegue de agentes uniformados en el aeropuerto de Valencia, así como en el puerto, las estaciones ferroviarias -especialmente en la del AVE-, en las centrales eléctricas y en la nuclear de Cofrentes y en las instalaciones clave de telecomunicaciones.

Además, ha sido aumentada la seguridad en las playas con más afluencia de personas, como es el caso de la Malva-rosa, y en todos los centros y áreas comerciales, con especial hincapié en el centro histórico y comercial de Valencia.

Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Levante-EMV explicaron que «estamos en la misma situación que siguió a los atentados de París en noviembre y de Bruselas en marzo, esto es, se refuerza la seguridad de manera muy visible, pero se mantiene en cuatro el nivel de alerta terrorista», lo que significa riesgo muy alto de atentado, pero no riesgo inminente, en cuyo caso Interior habría subido al nivel 5, el máximo en la escala actual.

Las mismas fuentes insistieron en que esa decisión, adoptada ayer en la reunión mantenida por el ministro del Interior y el secretario de Estado de Seguridad con los máximos mandos policiales y del CNI tras el atentado de Niza, se basa en que «no hay ni una sola evidencia firme de que pueda haber una acción terrorista inmediata en territorio español, lo que aconseja no elevar el nivel de alerta y mantenerla en 4». Ese nivel fue impuesto hace algo más de un año, en junio de 2015, después de los atentados yihadistas registrados en Túnez y Kuwait.

Patrullas caninas en Manises

Dentro del protocolo de refuerzo de la seguridad en el aeropuerto valenciano, se han vuelto a activar las patrullas con perros adiestrados en la detección de explosivos, así como de agentes de la Unidad de Intervención Policial -los antidisturbios- y de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR).

Desde que tuvieron lugar los mortíferos ataques de París de noviembre pasado, tanto la policía como la Guardia Civil ya habían reforzado de manera apreciable las unidades de información, traspasando agentes de otras brigadas a incrementar las plantillas de los grupos policiales antiterroristas dedicados a vigilar y controlar la posible presencia de yihadistas susceptibles de integrar células activas o de convertirse en «lobos solitarios».

A todas esas labores se ha sumado el control sobre los pasajeros y vehículos del barco de Balearia que casi diariamente conecta Valencia con la ciudad argelina de Mostaganem, lo que ha abierto una nueva posible vía de entrada y salida de activistas del Estado Islámico.