El Festival Marenostrum tendrá una solución si mañana, lunes, las partes implicadas „organizadores y Generalitat Valenciana principalmente„ consiguen alcanzar un acuerdo para reubicar la fiesta que, la pasada semana, fue suspendida después que el Ayuntamiento de Alboraia no lo autorizara, basándose en el informe negativo de la Conselleria de Obras Públicas. Ahora, con miles de personas con la entrada en la mano y una confusión enorme, el gobierno autonómico trata de dar una alternativa para no perjudicar a los consumidores, los grandes afectados.

Según ha podido saber este diario, se habían barajado varias ubicaciones, pero la que tiene más visos de acoger el festival sería la Marina Real y, dentro de las opciones, gana más enteros el recinto para conciertos que hay junto al Veles e Vents, por encima del Auditorio de la Marina Sur, que también podría ser una alternativa.

Quince mil personas con los Gallos

El recinto de la Marina Real ya ha acogido numerosos actos con gran cantidad de espectadores y, sin ir más lejos, el pasado sábado fue el escenario donde tuvo lugar el Red Bull Batalla de Gallos. En aquella ocasión se calculó una asistencia de 15.000 personas en un espacio en el que cabrían holgadamente. La previsión del Marenostrum Music Festival habla de una cantidad sobre las 17.000 personas.

Otros lugares que se habían sopesado son, por ejemplo, el Multiespai de La Punta, pero que no acaba de convencer a las autoridades por la afectación que pudiera sufrir la huerta colindante. También se había hablado de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, otro escenario habitual de eventos musicales, pero que tienen un carácter diferente a este lo que, unido a las más que posibles quejas por el sonido, recomendaba desecharlo inicialmente.

Otro aspecto a tener en cuenta es la fecha de celebración del mismo. Y, en ese sentido, todo parece indicar que se celebraría rápidamente. En concreto, se está barajando los últimos días del mes de julio -el mes finaliza en domingo-, aparentemente por una cuestión de legalidad de la vigencia de las localidades.

Hay que recordar que, recientemente, la ciudad de Cullera rechazó albergar el festival.

El ayuntamiento debe autorizar

Si se acuerda la celebración en la Marina Real, quedaría también un último trámite, que es informar y obtener también la autorización del Ayuntamiento de Valencia, puesto que el festival requeriría también un permiso municipal, además de reclamar un plan de seguridad y la firma de un seguro de responsabilidad en lo que supone control de los niveles de ruido. Fuentes municipales aseguraron ayer a este diario que aún no se les ha notificado nada en este sentido.

Los organizadores aseguran que, tras la reunión con la vicepresidenta Mónica Oltra, «hemos trabajado diferentes alternativas que expondremos el lunes al gobierno valenciano, que nos tienen que llevar a la celebración del festival, tal como todos deseamos».

La organización asegura, en este sentido, que acudirán «con propuestas concretas y acompañados de representantes del sector del ocio de nuestra Comunitat, un organismo que siempre ha estado a nuestro lado».

El problema de los asistentes

En cualquiera de los casos, la celebración del festival supondría la solución para sólo una parte del problema, puesto que cada espectador tiene una historia diferente. Son muchos los que, a través del muro de facebook del festival, han mostrado su inquietud porque, por ejemplo, no residen en Valencia o alrededores y no pueden costearse nuevamente el desplazamiento (el festival se suspendió la víspera de su inauguración), o que, por fechas, ya les es imposible volver a acudir. También se muestran dudas sobre el elenco de músicos, dado que se cuestiona si éstos no tienen, en esas fechas, otros compromisos. Y otros, simplemente, aseguran que ya no quieren ir. Lógicamente todo ese tipo de espectadores quiere saber cuando se les devolverá el dinero.