María José Abeng Ayang apenas puede hablar sin que le caigan las lágrimas. Esta joven ovetense nacida hace 19 años en Guinea Ecuatorial se levanta cada mañana con la esperanza de recuperar a su hijo, el niño que tuvo cuando era adolescente y vivía en un centro infantil y juvenil dependiente del Principado. El pequeño acaba de soplar las cuatro velas, que es justo el tiempo que madre e hijo llevan sin verse. En aquel entonces, la Administración asumió la tutela y guarda del pequeño hasta que se resolvió iniciar un acogimiento preadoptivo al que ella asegura que siempre se opuso. El niño se fue a vivir con otra familia y María José empezó un largo y complicado periplo judicial que ha acabado, o eso creía, ante la Audiencia Provincial.

El tribunal ha fallado a su favor al dejar sin efecto el acogimiento preadoptivo y ordenar «la inmediata entrega del menor a la madre». Una sentencia y dos autos después, la Consejería de Bienestar Social sigue sin hacerlo. «Ni la justicia logra darme a mi hijo». María José lo dice y se derrumba.

La joven estudia marketing, vive con su pareja en el domicilio familiar de Oviedo y se siente capacitada para cuidar del pequeño. Sus padres, con un alto nivel adquisitivo, la ayudan económicamente y le muestran su apoyo. El último equipo de psicólogos y trabajadores sociales que la examinó concluyó que no presenta «ninguna deficiencia para el ejercicio de una maternidad responsable. (...) Su situación ha alcanzado mayor estabilidad tras un periodo de conductas disruptivas coincidentes con su etapa de adolescente institucionalizada».

Y es que María José ingresó en el centro juvenil a los 11 años tras discutir con su madre. «Fui a la Guardia Civil enfadada porque no me dejaba hacer lo que quería», explica sollozando. A partir de entonces, pese a que la madre no tuvo que cumplir pena alguna, María José pasó casi diez años en hogares tutelados. Después, la relación con sus padres mejoró mucho. De hecho, fueron los que descubrieron el embarazo. «Estaba ya de siete meses, pero yo no lo sabía. Mi madre me dijo que me veía grande. Ni en el centro se dieron cuenta». La chica, «asustada porque me fueran a quitar al bebé», se marchó entonces a Guinea para sorpresa de todos al localizar a un tío materno. Estuvo algo más de un mes y regresó por consejo materno. Su abogada, Nieves Ibáñez Mora, intenta tranquilizarla y muestra el rosario de fallos judiciales, recursos y escritos que el caso de María José y su hijo ha generado.

Recurso ante el Supremo

Es más, el Principado ha interpuesto un recurso de casación ante el Supremo. «De no entregársele el niño ejercitaré todas las acciones necesarias de responsabilidad patrimonial y otras de tipo penal por un delito de desobediencia a la justicia».

El último auto de la Audiencia, dictado el 15 de julio, requiere a la Consejería para que en un plazo máximo de tres días «indique el lugar, la hora y día en que será entregado el menor, no pudiendo superar la fecha de entrega el plazo máximo de diez días».

Este periódico se ha puesto en contacto con representantes de la Consejería de Bienestar Social de Asturias para recabar su opinión, pero sus portavoces no han querido hacer declaraciones al tratarse del caso de un menor de edad.