«El intendente de la Fundación [del Palau de les Arts] no puede ejercer funciones de dirección de escena para otros teatros». La frase es tan contundente como clara en un tipo de documento „las auditorías„ de lenguaje oscuro casi por naturaleza.

Y la frase choca con la realidad del Palau de les Arts. ¿Dónde está estos días el intendente y director artístico, Davide Livermore? Está en Pesaro. Durante las vacaciones de su ocupación en el coliseo prepara los dos montajes que estrenará como director de escena a mediados de agosto en el Rossini Opera Festival de la ciudad italiana: Il turco in Italia y Ciro in Babilonia.

Según lo expuesto por la Intervención de la Generalitat en la auditoría de las cuentas de Les Arts, Livermore no debería hacer lo que está haciendo.

El intendente, vaya en su descargo, no ha engañado a nadie. Fue uno de los requisitos que puso para aceptar el puesto en enero de 2015 y ha declarado esta ocupación en su declaración formal de actividades.

Sin embargo, la conclusión que alcanza la Intervención es que «la imparcialidad o independencia de las funciones» del intendente «pueden verse comprometidas por el ejercicio de las funciones de dirección de escena que ha declarado realizar para otros teatros».

El documento de la Cuenta General despeja además cualquier duda sobre la retribución de Livermore, si las hubo. Especifica las «condiciones esenciales» de su contrato: 135.000 euros de «retribución bruta» por cuatro años. Es el doble del salario del presidente de la Generalitat. Cultura explicó en su momento que era el resultado de la suma del sueldo de intendente, el de director del Centro de Perfeccionamiento de Cantantes y la remuneración por dirigir dos óperas anuales.

La Intervención también destaca que Les Arts ha realizado contrataciones fuera de plantilla a pesar de no tener autorización.