Diez rostros nuevos en el Consell y cuatro que cambian de destino; cinco nuevos puestos de altos cargos creados y nueve renovados; cinco de los diez departamentos de la Generalitat afectados. Es el resumen en cifras de la primera remodelación del Gobierno de PSPV y Compromís después de un año en los despachos oficiales. Una reforma que el Ejecutivo fundamenta en tres argumentos „obtener más fondos de la Unión Europea, «salir del pozo de recursos sociales» heredado y potenciar el empleo„ y que va encaminada también a apagar los principales focos de conflicto generados por «el mestizaje», la cohabitación de cargos de uno y otro lado del bipartito en un mismo departamento.

El Consell pasa a tener veinte secretarías autonómicas y 53 direcciones generales. Equipara así su organigrama con el de Alberto Fabra (19 secretarías y 54 direcciones generales), si bien el bipartito ha defendido que cuenta con muchos menos asesores.

No es casual que la Conselleria de Economía acapare el mayor volumen de cambios. Allí es donde los desencuentros han sido visibles, con los horarios comerciales en el centro de la tormenta. Se saldan con la salida de la hasta ahora secretaria autonómica, María José Mira „como ayer avanzó Levante-EMV„, y uno de sus hombres de confianza, Juan Ángel Poyatos, ambos cuota socialista en un departamento dominado por Compromís.

Mira, que encontrará acomodo con el mismo rango al lado del socialista Vicent Soler, es reemplazada por Blanca Marín, que era gerente de la Empresa d´Infraestructures de la Generalitat (EIGE), también socialista, pero con un perfil político más bajo. Cuenta además a su favor con el factor Alcoi, ciudad de la que fue concejala, ya que el conseller, Rafael Climent (Compromís), es de la misma comarca.

Sostuvo ayer la vicepresidenta, Mónica Oltra, que «no es esa la lectura», que la crisis de gobierno no responde a problemas internos, sino que «un año de gobierno da perspectiva de qué reforzar», permite observar que hay direcciones generales a las que «no les llega el agua al cuello» y actuar.

En Economía se crea además una secretaría autonómica nueva, de Empleo, que Compromís deja de momento sin cubrir, porque no ha encontrado el perfil adecuado. También la dirección general de Industria, que ocupaba Julia Company, se desglosa: ella pasa a ser titular exclusivamente del Ivace, que ya estaba bajo su mando pero sin rango de dirección general, y el puesto que tenía lo desempeñará un viejo conocido del socialismo, el exalcalde de Elx Diego Macià.

No es el único veterano del PSPV que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, rescata en el nuevo Consell. El ahora primer teniente de alcalde de Valencia, Joan Calabuig, deja el puesto para dedicarse a su vocación europeísta. Pasa a ser, como ayer ya publicaba este diario, delegado para la UE y Relaciones Externas, un ministro de Exteriores a la valenciana.

Esta figura de delegado se convierte en una novedad en el organigrama autonómico. Tiene rango (y sueldo, más de 58.162 euros) de secretario autonómico.

Además de Calabuig, el otro nuevo delegado del Consell (este, para el modelo social valenciano) es Francesc Xavier Uceda. Estará adscrito a la vicepresidencia y conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas y tendrá una función eminentemente teórica „definir la cartera de servicios sociales„ en un departamento abrumado por el peso de la gestión. ¿Quién es? «Cualquiera que trabaje en el ámbito de lo social sabe quién es „dijo Oltra„, probablemente de las personas que más sabe de servicios sociales en nuestro territorio».

En la conselleria de la vicepresidenta se crea también una nueva dirección general, la de Infancia y Adolescencia, con el fin de reducir el volumen de trabajo de la de Servicios Sociales y Dependencia.

Oltra justificó el aumento del número de altos cargos „dos delegaciones, una secretaría autonómica y una dirección general, a la que habría que sumar la del Ivace, que se desgaja de la de Industria„ por la necesidad de reforzar los tres ejes citados. La remodelación «tiene que ver con las necesidades de esta comunidad fruto del abandono de los temas de la UE, sociales y de empleo. A eso responde únicamente el cambio», zanjó la portavoz del Consell.

La mirada a Bruselas se produce en un momento de conflicto con el Gobierno central por la financiación autonómica. Puig y Oltra creen que se «pierden oportunidades que la UE brinda» a causa de «una administración raquítica» y poco especializada en temas europeos, que provoca que «una región empobrecida tenga menos posibilidades que otras más ricas». Puso el ejemplo de Baviera, boyante lander alemán que es también el que más fondos europeos capta.

La potente intervención en Economía puede interpretarse como un gesto a Podemos, el partido que apoya desde fuera al bipartito y cuyo líder, Antonio Montiel, lleva meses insistiendo en que esta es una legislatura económica y que hay que incidir en el empleo.

Oltra no cerró públicamente la puerta ayer a una posible entrada de la formación morada en el Consell, si bien en el Ejecutivo se ve poco probable encarar una nueva crisis pocas semanas después de la actual. Si hay más cambios, «se producirán cuando se tengan que producir», dijo. Algo así como fútbol es fútbol. Por ahora, la primera temporada se cierra con un incremento de plantilla.