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Análisis

Una carambola muy pensada

Puig alivia tensiones latentes en el PSPV al contentar las expectativas europeístas de Calabuig, afianzar un nuevo liderazgo local y situar al curtido Ciscar como hombre fuerte del PSPV en Madrid

Ciscar y Puig, en la última ejecutiva federal del PSPV. f. bustamante

¿Existen las carambolas en política? Sostienen los veteranos que no, que la casualidad es un territorio poco transitado en un hábitat donde gana el mejor estratega. La digresión tiene un motivo cercano: el movimiento de fichas de dominó efectuado el jueves pasado en el seno del PSPV a cuenta de la remodelación del Consell y con cinco protagonistas afectados de por medio.

La jugada en el tablero socialista que empezó con la designación de Joan Calabuig como delegado del Consell para la UE acabó con el veterano Ciprià Ciscar „marginado de su ecosistema vital del Congreso de los Diputados por los resultados de las últimas elecciones generales„ de regreso a un escaño en Madrid.

Por el camino, la joven Sandra Gómez asciende en el poder municipal en Valencia; Anaïs Menguzzato se aleja de Mónica Oltra para regresar a sus orígenes en el ayuntamiento, y la más joven Maria Such dice un pronto adiós al Congreso para relevar a la antes citada en la dirección general del Instituto de las Mujeres.

El movimiento de largo alcance permite al presidente de la Generalitat y líder del PSPV neutralizar tensiones latentes en la formación. De un golpe, da satisfacción a Calabuig, que necesitaba una salida airosa en Valencia y la encuentra en Bruselas, su escenario ideal y donde vivió su etapa más añorada como político, mientras este facilita una sucesión tranquila que afianza el liderazgo de Gómez en el grupo municipal y en el socialismo de la ciudad, al menos mientras un congreso no diga lo contrario, que ya es difícil.

La siguiente en la lista local era Menguzzato. Podría haberse quedado en la dirección general de las Mujeres, pero el hábitat del Ayuntamiento de Valencia es el que ha conocido mejor. Entre eso y ser la única alto cargo socialista en el departamento de la líder de Compromís, lo primero ha pesado más. Tal vez también la retribución, deslizan en la conselleria. Y tal vez también que su negativa suponía la entrada en el grupo municipal de Aarón Cano, secretario de Acción Territorial del PSPV provincial, un elemento por tanto de José Luis Ábalos, el hombre de Pedro Sánchez en Valencia, que ha mantenido posturas críticas con Puig en ocasiones (la última, a cuenta de la Entesa al Senado).

Así llegamos a Maria Such, la diputada más joven del Congreso, que ya no lo será, al ser reclamada para la dirección general de las Mujeres.

Su escaño pasa al siguiente en la lista por Valencia, Ciprià Ciscar, un histórico del socialismo, representante de una generación de la que casi no queda nadie ya en los pasillos (ni Alfonso Guerra, ni Manuel Chaves?) y que los resultados electorales habían vuelto a dejar fuera.

Los siete diputados socialistas valencianos no tienen por ahora coordinador, como ha sido habitual en el pasado. El curtido exsecretario de organización estatal se antoja ahora como el candidato ideal para hacer notar la voz del PSPV en Madrid.

Y más, en un futuro cercano que amenaza turbulencias en Ferraz y en el que Puig y la federación valenciana pueden jugar un papel importante si soplan vientos „posiblemente del sur„ para mover la silla de Pedro Sánchez.

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