Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Estructura del nuevo ejecutivo

La cifra de altos cargos casi no se mueve tras diez años y tres gobiernos

El Consell aduce que con Camps proliferaban directores de empresas públicas, fuera del organigrama

En 2007, cuando la crisis económica encendió la máquina de destruir empleo, el gobierno valenciano liderado por Francisco Camps fue remodelado, eliminando todo vestigio de zaplanismo en su organigrama. Una estructura que, sin embargo, quedó más o menos igual que en la etapa anterior, al menos en cuanto a número de conselleries: 14. Hoy, casi 10 años después y todavía con el sector laboral muy herido, se han reducido las carteras, pero no así los altos cargos. Al menos, según las cuentas del organigrama oficial, el visible.

La reestructuración del Consell de Ximo Puig ha dejado cinco puestos de nueva creación en el segundo y tercer escalón de la jerarquía ejecutiva. En concreto, una secretaría autonómica, dos direcciones generales y dos delegaciones, que en la escala de rango se equiparan a las secretarías autonómicas. En total, como se puede observar en el gráfico que acompaña estas líneas, el ejecutivo del bipartito cuenta con 10 conselleries (contando presidencia), 20 secretarías autonómicas y 53 direcciones generales.

Desde el ejecutivo actual se ha defendido que su armazón era más ligero que el de los gobiernos precedentes del Partido Popular, al menos en cuanto a asesores. Lo cierto es que hay menos consellers, pero no así altos cargos. Siguiendo un orden cronológico, que coincide con el cuantitativo, el gobierno de Francisco Camps era el que menos puestos de confianza tenía, 80 en total: 14 conselleries (contando también la de presidencia), 24 secretarías autonómicas y 42 direcciones generales —fuera de estos cómputos quedan las subsecretarías—. El ahora expresidente redujo más adelante las conselleries a diez, once si se cuenta la de presidencia. Sin embargo, según señalan fuentes del Consell, en la etapa Camps había múltiples directores generales en empresas públicas con una masa salarial muy superior a la que se maneja a día de hoy. Estos cargos no eran visibles en el organigrama. «Ahora, todos los que están, son los que son», apuntan desde el Palau.

Fabra redujo carteras

Cuando llegó Alberto Fabra al poder, después de que Camps dimitiera en el verano de 2011, tardó algunos meses en hacerse con el control del organigrama heredado. En diciembre de 2012 redujo de diez a ocho las carteras, aunque aumentó las direcciones generales en detrimento de las secretarías autonómicas (se quedaron en 54 en el primer caso y 19 en el segundo). En total, 82 altos cargos.

El presidente de la Generalitrat, Ximo Puig, defendió ayer que la remodelación del segundo y tercer escalón era necesaria para «fortalecer la acción de Gobierno». Asimismo, manifestó que «para conseguir recursos y hacer buena gestión se necesita capital humano; personas que dirijan bien sus departamentos y actúen en consecuencia».

«Vamos a gastar dinero en recursos humanos y no tanto en edificios y representación artificial», repuso Puig. «En el conjunto, cuando se establezca el cómputo final, hemos ahorrado y hemos ganado muchos recursos para el conjunto de los valencianos», aseveró. El líder del Consell explicó que «lo que hemos ahorrado en algunas partidas de Presidencia superan en mucho el gasto que van a incrementar cinco personas más» en todo el gobierno.

En su día, y tras las acusaciones del PP de que Puig tenía 178 asesores y costaban 8 millones de euros, Mónica Oltra explicó que el bipartito había reducido un 30 % su personal eventual, lo que suponía un ahorro anual de unos 600.000 euros.

Caras europeístas en el segundo y tercer escalón

El presidente de la Generalitat quiso destacar ayer el perfil europeísta de las incorporaciones al nuevo ejecutivo valenciano. Además del hasta ahora teniente de alcalde de Valencia Joan Calabuig, con amplia experiencia como eurodiputado, se ha sumado Daría Terrádez, hasta ahora concejala de Derechos Sociales y doctora en derecho constitucional con la tesis «La Carta Social Europea en el ordenamiento constitucional español». Según Puig, la oficina europea valenciana esta «absolutamente infradotada» y la delegación valenciana está en la embajada de la antigua República Democrática Alemana (RDA). «No sé si aún quedan espías», bromeó.

Compartir el artículo

stats