La Serra d'Espadà es quizá el paradigma de lo que ha supuesto para la Comunitat Valenciana el abandono del mundo rural y sus consecuencias: despoblación, declive de las actividades ganaderas y agrícolas; una vegetación que se extiende y crece en continuo y el incendio que aparece inevitable, como ya lo hizo en julio de 1985, también en Artana. Existe un problema de fondo, el vacío forestal, que ninguna administración ha sido capaz de llenar, aunque los planes de prevención se suceden con un denominador común: o no se ejecutan o solo son desarrollados en parte.

En 1997, la Conselleria de Medio Ambiente redactó los «Proyectos de Selvicultura Preventiva en la Sierra de Espadán I y II»; en 2003, el «Plan técnico de infraestructuras de prevención de incendios de la Sierra de Espadán», que ya contemplaba la apertura de 9 viales para poder acceder al fuego -su ausencia ha sido una de las críticas más recurrentes por los servicios de extinción que intervinieron en el último incendio- y la construcción de numerosas infraestructuras de prevención.

En 2004 se incluye el parque como Zona de Actuación Urgente contra incendios forestales y se decide intervenir proyectando nada menos que 413 kilómetros de franjas cortafuegos. En 2005 el parque sufre de nuevo el paso de las

llamas y también aparece de nuevo un «Proyecto de reparación y mejora de la red de caminos y pistas forestales» de la zona afectada por el incendio.

Solo una mínima parte de lo proyectado se ha materializado y en este abandono nada tiene que ver la protección otorgada al parque natural, que solo condiciona la apertura de caminos en acusadas pendientes y la tala de alcornoques. Simplemente no se han ejecutado por falta de voluntad política a lo largo de los años.

El último gran proyecto para Espadà es mas reciente: fue elaborado por la Conselleria de Territorio y Vivienda bajo el mandato de Isabel Bonig.

El Plan Básico de Actuaciones de Prevención de Incendios Forestales en el Ámbito del Parque Natural de la Serra d'Espadà se hace eco del abandono de la zona y de la falta de medidas de prevención.

El plan establecía un calendario de inversiones a diez años, aunque el plazo nunca llego a contar porque tampoco se iniciaron las actuaciones previstas.

Según este plan, elaborado por Vaersa, la protección de la Serra d'Espadá, con 31.200 hectáreas declaradas parque natural y un área de influencia con la que suma 38.713 hectáreas, requiere una inversión sostenida durante un periodo de diez años hasta sumar algo más de 16 millones de euros de los que 10 estaban destinados a remodelación de la red viaria, algo más de tres millones a la apertura de zonas de discontinuidad, tanto en montes privados como públicos; 470.000 a crear puntos de agua y 600.000 en ayudas para incentivar la ganadería y la agricultura en el interior del espacio natural utilizándolas como factor preventivo.