¿En nuestra piel hay ácaros?
La piel, a nuestra escala, parece que no tiene nada. Pero una de las cosas que aprendemos con los ácaros es que usando microscopios muy potentes podemos ver unas estructuras que antes no podíamos ni imaginar.
¿Cómo son esas estructuras?
Ahora podemos ver que la piel no es lisa, sino que tiene un paisaje muy similar al que vemos cuando salimos a la naturaleza, con llanuras, montañas, zonas secas, zonas húmedas, y con seres muy pequeños que viven allí.
¿Somos un ecosistema?
Somos un medio ambiente y un escenario muy grande. Los ácaros, como todos los organismos, se adaptan al medio en el que viven. En nuestras casas también hemos creado un ecosistema. Hay ácaros que viven en el colchón, aunque esté hecho de fibras artificiales. En zonas de humedad suelen vivir hongos. Hay ácaros que provocan alergias y otros que se comen a los que las producen. Algunos se alimentan de las escamas de piel vieja que producimos... Es una variedad muy grande.
¿Es malo para la salud?
No es algo malo, es algo natural. Podemos coger una muestra de la grasa de la piel que se forma cuando sudamos un poco y ponerla bajo un microscopio y observar ácaros que son muy pequeños. No somos un ser vivo que está aislado de todo. Somos como el resto de los animales y tenemos organismos dentro de nosotros. Es muy común que en la piel tengamos ácaros, y la mayoría de la gente no lo sabe.
¿Eso influye a la hora de tener o frenar enfermedades?
En muchas ocasiones, las enfermedades son consecuencia de romper ese equilibrio. Cuando tomamos un alimento que no está en buenas condiciones o bebemos agua no potable se produce una reacción por la que algunos micoorganismos que tenemos en el intestino crecen en un número muy exagerado. Eso ahora lo controlamos con antibióticos.
