La nueva ley de transexualidad que está perfilando la Generalitat Valenciana terminará con muchas situaciones difíciles para las personas que están pasando por un proceso de reasignación de sexo. Sin embargo, hasta entonces siguen teniendo que dar explicaciones, una y otra vez, cada vez que tiran mano de un documento público en el que todavía no han podido cambiar su nombre -por aquel con el que se identifican- ya que deben de cumplir los plazos marcados por la ley de 2007.

La tarjeta sanitaria es, hoy por hoy, uno de esos documentos administrativos que reflejan el nombre que se nos dio al nacer y que no puede modificarse, según marca la actual ley, hasta que no se haga oficialmente en el Registro Civil y, para ello, han de pasar al menos dos años de tratamiento hormonal desde que un infome psicológico así lo recomiende.

El Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana, José Cholbi, ha pedido sin embargo a la Conselleria de Sanidad que sea flexible y adelante, al menos en lo concerniente a la tarjeta sanitaria SIP, las ventajas que han de venir con la nueva ley para evitar «situaciones de sufrimiento por exposición pública o de discrimianción por motivos de identidad de género».

Así lo recomienda el Síndic a los responsables de la Conselleria de Sanidad en la resolución de una queja recibida a principios de año de un hombre transexual.

En ella, el ciudadano relataba la necesidad de haber pasado los informes psicológicos favorables y el periodo de dos años de tratamiento hormonal para poder optar al cambio oficial de nombre en el registro civil y, tras él, el de todos los documentos como el DNI, titulaciones, carnés, cursos...etc.

Entre ellos, también la tarjeta sanitaria con un nombre diferente «con el que nos sentimos identificados (€) provocando situaciones bastante incómodas, a veces, tan embarazosas para nosotros como para los profesionales que nos atienden, ya que nuestra apariencia física es acorde al nombre con el que deseamos ser identificados».

En este sentido, esta personas solicitaba al Síndic que se dieran facilidades para poder cambiar el nombre en la tarjeta «una vez el psicólogo responsable del proceso de reasignación de sexo lo considere oportuno (€) y así mejorar su proceso de salud integral y facilitar su integración social».

Remitida la queja a la Conselleria de Sanidad, sus responsables advirtieron que ésta «se enmarcaría» en la nueva ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y expresión de género que se está tramitando «y que podrá hacerse efectiva en tarjeta sanitaria una vez entre en vigor dicha ley y se contemple en el desarrollo de la misma».

Sin embargo, el Síndic ha ido un paso más allá y ha pedido a Sanidad que, mientras se espera a que esta ley entre en vigor, la conselleria debería «adoptar las medidas administrativas que sean necesarias al objeto de evitar situaciones de sufrimiento por exposición pública o de discriminación por motivos de identidad de género».