El cura de la parroquia de San Bartolomé de Onda, José García, confiesa sentirse abrumado tras convertirse en protagonista de la actualidad al trascender que ofició una ceremonia para bendecir el amor de un matrimonio de lesbianas. Un acto del que dice sentirse arrepentido y que confía que no le acarree una sanción disciplinaria por parte del obispado, que le ha abierto expediente informativo.

«La verdad es que me arrepiento, fue un error. Mi intención era buena, sólo pretendía acoger a unas personas que están dentro de la Iglesia y con las que mantengo una buena relación, pero me equivoqué en la forma. No era necesario realizar esa celebración», relató ayer a este diario.

El párroco restó trascendencia a lo sucedido y cree que el tema se ha magnificado: «Era una cuestión pequeña que se ha hecho muy grande.La ceremonia era íntima, en un ámbito familiar, pero ha tenido una repercusión que no me esperaba». José García subrayó que nunca había oficiado un acto de estas características. Lo hizo por amistad con la pareja, a sabiendas de que habría gente que «no lo iba a entender». «Lo hice en conciencia pensando que estaba haciendo algo bueno», insistió.

El cura se mostró de acuerdo con la actuación del obispo Casimiro López, que intervino personalmente para amonestarle por su actuación, al considerar que contradijo «gravemente» la doctrina oficial avalando una unión que la Iglesia desaprueba. «El obispo ha actuado correctamente y guardo una buena relación con él. Me dijo que tengo que acoger a todo el mundo, pero que este gesto fue excesivo y yo lo comparto. La próxima vez lo haré de otra manera», señaló.

Arrepentimiento

José García confía en que el expediente no le aparte de su parroquia y pueda seguir desempeñando su intensa labor social. «Creo que no va a pasarme nada grave porque no he hecho nada grave. Espero que se tengan en cuenta mis años de entrega a los pobres y mi arrepentimiento. Yo soy ante todo un hombre de Iglesia», afirmó.

¿Discrepa de la posición de la Iglesia respecto al matrimonio homosexual? El párroco se alineó con la línea doctrinal al señalar que «el único matrimonio verdadero es el del hombre y la mujer, que no se puede equiparar a la unión homosexual». Dicho lo cual, recalcó que «hay que acoger, cuidar y ayudar a todas las personas sin mirar su credo, raza o tendencia sexual». «Pienso que tenemos que ser muy acogedores y respetuosos con toda la gente y mostrar la misericordia de Dios», apostilló. No quiso pronunciarse sobre las manifestaciones que realizó el obispo hace tres años en las que advirtió de que los matrimonios gais son causantes del aumento de hijos «con graves perturbaciones de personalidad».

El cura confirmó que hay más compañeros del clero que, como él, han oficiado ceremonias de bendición del amor o de acción de gracias para matrimonios gais, tal como informó ayer este diario. «Sé que hay otros párrocos que han hecho cosas parecidas», señaló José García, quien admitió que se trata de actos que se alejan de la línea oficial. Según aseguró, no hay ninguna fórmula reconocida en la Iglesia para avalar los matrimonios gais, a los que no queda otra que hacerlo a través de un proceso «interior».

Por último, el párroco mostró su agradecimiento por las múltiples muestras de apoyo que ha recibido, sobre todo procedentes de su municipio.