Su presencia este verano está pasando más inadvertida pero el mosquito tigre (Aedes Albopictus) sigue estando entre nosotros y colonizando además cada día más superficie del territorio valenciano. De hecho, en los últimos ocho meses, los expertos han confirmado su presencia en otros 58 municipios de la Comunitat Valenciana, por lo que el insecto -que además de tener una picadura muy molesta, puede transmitir la enfermedad del zika- se ha expandido ya al 23,6 % de los municipios, alcanzando a más de la mitad de los valencianos.

Las colonias de mosquito tigre se han asentado definitivamente en todo el arco mediterráneo y empiezan a aparecer en municipios de interior como Cheste u Olocau siguiendo, muchas veces, canales de comunicación terrestres como las principales carreteras y autovías.

Buena parte de la culpa de este «avance» es el mayor control del mosquito que las autoridades sanitarias y los ayuntamientos están haciendo de los focos, en principio por las múltiples quejas y problemas médicos que causó el verano pasado en el litoral de Castelló. El estallido de la epidemia de zika en Latinoamérica en febrero y la constatación de que este mosquito también puede transmitir el virus de persona a persona terminó por convencer a la administración de que había que seguir al Aedes con lupa.

Así, a mayor control, más municipios coloreados. «En la lista de nuevos focos en estos 58 municipios no todos son aparecidos en este 2016 porque también trabajamos haciendo revisión de datos y con muestras antiguas. Hay nuevos focos y algunos anteriores confirmados», explica Ricardo Jiménez Peydró, catedrático de Entomología de la UV e integrante del grupo de vectores de la Generalitat Valenciana. Proporcionalmente, la provincia de Castelló sigue siendo la más afectada, con focos detectados en el 32,59 % de sus municipios aunque también es cierto que tras los episodios de quejas y molestias del año pasado, la provincia adoptó un protocolo de seguimiento que lleva a los expertos sobre el terreno cada quince días y, de esta forma, la detección es más exhaustiva.

Las medidas puestas en marcha contra el mosquito puede que no detengan su expansión a más núcleos urbanos pero sí están conteniendo su crecimiento. Este verano están siendo puntuales las quejas por su presencia. De hecho, fuentes de la Conselleria de Sanidad aseguran que la situación en cuanto a las molestias generadas «ha mejorado sensiblemente» en estos meses. «La situación es mucho más favorable», abundan.

Desde varios frentes

Eso sí, el riesgo de transmisión del virus zika sigue estando presente por lo que se mantienen las acciones de información, trabajo sobre el terreno y concienciación de la ciudadanía desplegadas por la Generalitat junto a los ayuntamientos. A través del grupo de vectores se ha dado información tanto a técnicos municipales (el control de plagas es competencia municipal) como a médicos, farmacéuticos y otros colectivos para garantizar su mejor detección y garantizar que se está haciendo todo lo posible para el control del mosquito.

Además, la administración ha lanzado una amplia campaña de información -«Tod@s contra el Mosquito Tigre»- para concienciar a las personas y transmitirles que parte de la batalla contra la propagación del Aedes Albopictus está en sus manos ya que se trata de un insecto eminentemente urbano que vive junto a nosotros.

Paralelamente, Salud Pública mantiene las medidas de vigilancia y control epidemiológico y entomológico cada vez que se detecta y confirma un caso de enfermo por virus zika en la Comunitat, y ya son doce. Ahí el objetivo es controlar los focos de mosquitos a los que el enfermo hubiera podido estar expuesto en su entorno más inmediato para erradicar cualquier posibilidad de contagio de persona a persona.

Zika: El virus que viaja en avión

El control sobre el vector es mayor cada día pero esto no hace desaparecer el riesgo de transmisión de la enfermedad del zika ya que, desde que se dio la alarma, son ya 12 las personas a las que se le ha detectado el virus en la Comunitat Valenciana. Todas lo contrajeron en Latinoamérica pero los expertos apuntan a que el volumen de detecciones no va a hacer más que crecer en septiembre y «ya no solo de personas naturales de allí que viven aquí, sino de personas que han ido en vacaciones», según el catedrático Jiménez Peydró.