Los alcaldes de municipios de l'Horta Nord que tienen programados durante estos días discomóviles en sus fiestas patronales no están dispuestos a correr riesgos y que se produzcan incidentes provocados por bandas juveniles procedentes de barrios de Valencia. Como adelantó este diario, un grupo numeroso de adolescentes causó varios altercados el pasado sábado en Tavernes y Almàssera, donde Policía y Guardia Civil tuvieron que recluir durante dos horas a un centenar de jóvenes en los andenes de la estación hasta la llegada del primer metro en dirección a Valencia. Por este motivo, el alcalde Ramón Puchades solicitó a la Benemérita que reforzara su presencia en el discomóvil que se celebró anoche. Agentes de la unidad de seguridad civil de la comandancia (Usecic) se sumaron al dispositivo de la Policía Local, superior a los siete agentes desplegados el sábado. Asimismo se esperaba algún efectivo de Tavernes.

También Rafelbunyol y Albalat dels Sorells tiene programados hoy discomóviles. En el primero, se celebra la tradicional noche de las paellas. El alcalde Fran López explicó que tanto el dispositivo de esta miércoles como el del viernes en la fiesta de los disfraces, es el que se había previsto con anterioridad a los incidentes del pasado sábado. En concreto, pasado mañana unos 200 efectivos vigilarán un acto al que se prevé que asistan 14.000 personas, con especial atención a las estaciones de metro.

Por su parte, Nicolau Claramunt, alcalde de Albalat, reveló que hace dos semanas «ya se registraron incidentes con peleas» en un discomóvil aunque «no hubo detenidos» pero sí «controles e identificaciones». El munícipe afirmó que los protagonizaron «jóvenes que venían de fuera, vestidos de forma similar» y que «era la primera vez que pasaba». Por ello ha pedido que se refuerce la presencia policial y ha requerido más efectivos de la Guardia Civil.

Tavernes Blanques fue el sábado el otro campo de batalla por el que pasaron el grupo formado por más de un centenar de jóvenes procedentes de Valencia. Según relataron a este diario fuentes municipales, los adolescentes llegaron en forma de marea humana desde Almàssera en torno a la una de la madrugada. El municipio tenía instalado el recinto ferial frente a las naves de la empresa de porcelana donde se celebraba un discomóvil. El ayuntamiento ya no publicitó este acto para evitar la presencia de jóvenes y posible altercados como ocurrió en 2015, cuando dos chicas simularon una pelea entre ellas y al llegar varios agentes de la Policía Local se vieron rodeados por un nutrido grupo de chicos originando una gran trifulca. La llegada de la Guardia Civil no evitó que los efectivos municipales acabaran en el hospital, uno de ellos con una brecha por un botellazo.

Cambiar de música como medida

El sábado, ante la alerta de la llegada de los jóvenes por la antigua carretera de Barcelona, se creó un dispositivo en torno al recinto ferial, lleno de casetas con presencia de personas mayores y niños. Se establecieron dos puntos de control por parte de policía y guardia civil, uno de entrada y otro de salida, para evitar que los integrantes del grupo accedieran.

«Algunos trataron se saltar las vallas y al ver que no podían entrar causaron destrozos en vehículos aparcados por los alrededores y en el mobiliario urbano», detallaron las mismas fuentes, que añadieron que se produjo una pelea en una calle adyacente cuando cuatro chicos golpearon a otro joven. Los cinco fueron arrestados. Ante la negativa del grupo a marcharse, los organizadores decidieron cambiar la música pasando de la electrónica al 'pachangueo.' La medida surtió efecto. El contingente volvió a Almàssera, donde se registró otro reyerta dejando un festero herido por el impacto de una botella.