Personas con inteligencia límite. Son aquellas que tienen un cociente intelectual entre 70 y 85, justo por debajo de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera dentro de la normalidad, estipulado entre 85 y 115. Y entre ellos hay muchos niños y jóvenes.

A raíz de ello, en 1992 nació en Alicante la asociación Anilia, con la que colabora la Obra Social la Caixa con 10.000 euros de su Convocatoria Discapacidad y Dependencia 2015. Su principal objetivo: buscar recursos y proporcionar servicios que posibiliten la integración social y laboral de los jóvenes que se encuentran en esta situación. Desde entonces, han conseguido crear un espacio donde caben la formación, el ocio y el apoyo entre familias.

La limitación intelectual de estas personas se percibe en algunas habilidades adaptativas. Es decir, no disponen de ciertas habilidades cognitivas, personales y sociales para enfrentarse a las exigencias del entorno, por lo que precisan soportes adecuados y específicos, según explican desde Anilia.

Si bien existen unas características generales comunes en el colectivo, como por ejemplo, que no tienen rasgos físicos aparentes, lo cierto es que las personas con inteligencia límite son tan diferentes entre sí como las que no presentan este tipo de limitación. «La inteligencia límite es una discapacidad que genera grave riesgo de exclusión social por el desconocimiento que entraña para la sociedad y la falta de recursos tanto públicos como privados específicos que ofrezcan a estas personas los apoyos adecuados», recalcan.

Única en la C. Valenciana

Anilia es la única entidad en la Comunitat Valenciana que trabaja exclusivamente con este colectivo, ofreciendo los apoyos necesarios y una atención especializada. Con el tiempo, las personas con inteligencia límite, sin una buena orientación funcional, las limitaciones que presentan y que se originan antes de los 18 años, tienden a empeorar, pudiendo convertir a estas personas en futuros dependientes.

«Nuestro objetivo es normalizar al máximo la vida de estas personas promoviendo su desarrollo personal y social. Para ello disponemos de diferentes servicios, entre los que destacan nuestro programa de inserción laboral que no sería posible sin la ayuda de la Obra Social», explican. Este está adaptado a las necesidades reales de los participantes mediante el diseño de itinerarios personalizados, con una programación centrada en la persona, para que puedan desarrollar sus capacidades, formarse, acceder a un empleo, disfrutar del ocio, aceptar y compensar sus limitaciones y convivir en su entorno con normalidad. Para ello, realizan diagnósticos individuales donde se detectan y analizan las necesidades, intereses, capacidades, limitaciones, etc. y se planifican los objetivos a conseguir a través de la participación en distintos talleres en los que se trabajan aspectos como el autocuidado, la convivencia, relaciones personales y autoestima o el desarrollo emocional.